Su voz pacífica no le impide expresar la denuncia ante la injusticia que observa día a día al frente de Caritas Española. Sebastián Mora (Málaga, 1966) es el secretario general de la entidad y esta noche estará en la Isla, invitado por Caritas Diocesana de Menorca, para hablar del compromiso de la entidad y de los retos de la acción socio caritativa de la Iglesia.
Antes de la conferencia, esta mañana, Mora impartirá en la Parroquia de La Concepció de Maó una jornada formativa dirigida a los trabajadores y voluntarios menorquines de Caritas para tratar sobre los desafíos de la entidad en un contexto social de incertidumbre.
¿Cómo definiría la situación actual debido al contexto de crisis?
Nuestros últimos informes hablan de un escenario social que es de grave preocupación y de profunda incertidumbre, en el que nos interpelan las situaciones de desesperación que están viviendo las familias y a las que nos enfrentamos cada día en nuestra red de atención primaria
¿En qué porcentaje han aumentado las peticiones de ayuda a Caritas?
El Observatorio de la Realidad Social, que Caritas puso en marcha en 2008 para conocer la evolución del impacto de la crisis en las personas que acompañamos, señala que desde que se inició la crisis se ha multiplicado por 2,7 el número de personas atendidas en los Servicios de Acogida de Caritas, que ha pasado de 370.251 personas en 2007 a 1.015.276 en 2011.
¿De qué manera afecta a las familias esta situación?
Los efectos, insisto, son de una gran desesperación, motivada por el hecho de que no tener garantizado el acceso a sus necesidades básicas diarias, como son la alimentación, el vestido o los suministros domésticos de luz, agua, alquiler. Esa situación de grave carencia origina, en la mayoría de los casos, una profunda ansiedad que se traduce en conflictos familiares y cuadros de desestructuración que acaban siendo más importantes para la estabilidad de la familia que las propias carencias materiales. Por eso, una de nuestras prioridades es la escucha y el acompañamiento humano de cada una de las familias que piden ayuda.
¿Cómo afronta el día a día una familia que no puede cubrir sus necesidades básicas?
Fundamentalmente, instalada en la incertidumbre, en no saber si podrán comer o si ese día les cortarán la luz. Yo creo que ninguno de nosotros sabe exactamente la carga de angustia que puede suponer para un padre o una madre de familia carecer de unas mínimas garantías de bienestar básico y de dignidad en un entorno social que, para más inri, se caracteriza por la abundancia visible de unos bienes a los que, sin embargo, no puede acceder.
El voluntariado es fundamental en una entidad diocesana como Caritas, ¿crece la implicación de los voluntarios? ¿Cuál es la tendencia? ¿Cada vez hay más personas solidarias?
Sin voluntarios, Caritas no existiría, perdería su razón de ser. Los voluntarios y voluntarias son el alma de la acción de Caritas, que hunde sus raíces en las propias comunidades parroquiales que forman la urdimbre básica de la Iglesia. Se trata de un compromiso gratuito con la dignidad de las personas más vulnerables que, lejos de retraerse cuando las cosas vienen mal dadas, se comporta como un poderoso fermento que crece para acoger a los demás. Para demostrarlo baste el crecimiento sostenido a lo largo de los últimos años del número de voluntarios que participan en las acciones de Caritas en todo el país y que de los 56.500 de 2007 han pasado a los más de 64.000 en 2011. Y lo mismo cabe decir de los donantes particulares.
A partir de la situación actual de saturación de prestaciones, ¿cuáles son los retos de Caritas a partir de ahora?
Una de las mayores virtudes de Caritas es su capacidad para observar la evolución de la realidad social y para adecuarse a las necesidades de las personas más vulnerables en cada circunstancia. Así sucedió, por ejemplo, en 2007, cuando nuestra red territorial comenzó a detectar síntomas preocupantes de los efectos que comenzaba a causar una crisis económica en ciernes. Desde entonces, no hemos dejado de adecuar nuestros programas y servicios para responder mejor a las demandas de ayuda provocadas por una precariedad social creciente en tres ejes prioritarios de actuación: la acogida y atención primaria, la inserción a través del empleo y la vivienda. Y estos tres ámbitos siguen siendo prioritarios a la hora de responder a los retos de los próximos años.
¿Cuál debe ser el posicionamiento de Caritas ante las situaciones de injusticia?
Caritas, desde su experiencia, renovada y constante, de trabajo con los pobres y para los pobres, conoce sus problemas más frecuentes y la limitación e imperfección de las leyes sociales que deberían solucionarlos. Dicho esto, Caritas se siente obligada siempre no sólo a responder para remediar esas situaciones de precariedad social, sino también a denunciarlas y a plantear alternativas, apoyándose en el respeto debido a la persona y en la fuerza de su propia experiencia, y a hacer presente en la sociedad lo que la sociedad tiende a olvidar: el mundo de los pobres y marginados.
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