La calma y tranquilidad que se respira en la Isla, la amabilidad de sus gentes y una gastronomía basada en los productos de temporada llamaron la atención de Suzanne Pronk la primera vez que visitó Menorca en verano de 2009. Desde entonces, la coordinadora de la edición holandesa de la revista del televisivo cocinero británico Jamie Oliver ha viajado a la Isla todos los años, acompañada de su pareja, Alexander Cramwinckel, hijo de la alayorense Maricel Pons Prats.
Precisamente de la mano de su suegra, la joven licenciada en Filología Hispánica ha conocido los secretos mejor guardados de Menorca: sus playas vírgenes, los restaurantes más apreciados y los misterios de la gastronomía popular.
La adoración de Pronk por Menorca se ha traducido en un reportaje de 17 páginas sobre la Isla publicado en la edición del pasado mes de septiembre de "Jamie Magazine", un artículo que no escatima en detalles e incluye también un recetario de la repostería más tradicional. Para su elaboración, la holandesa ha contado con la colaboración de buenos amigos de su suegra. Entre ellos, Niní Moll y su hija, Llucia Mascaró, le confiaron a Pronk su trucos a la hora de elaborar "rubiols", coca de verduras, "pastissets" o "coca d'albercoc".
En esta línea, la recién estrenada periodista explica la dificultad con la que se encontró al observar que uno de los ingredientes principales de las recetas de las alayorenses era la manteca de cerdo, un producto totalmente desconocido en Holanda. "Tuve que consultar con un repostero holandés que me aconsejó que sustituyera la manteca de cerdo por la mantequilla", apunta divertida.
En su reportaje, Pronk centra la atención en la cocina elaborada con productos de temporada y cultivados en la Isla. En este punto, señala que el movimiento "Slow Food", a través del que se promueve el disfrute de las comidas tradicionales cuyos ingredientes se cultivan de forma respetuosa con el medio ambiente, ya se practicaba en la Isla mucho antes de que se acuñara el término en Italia a finales de la década de los 90.
Por otro lado, la holandesa hace hincapié en su artículo en la tradicional "bereneta" menorquina, una reunión informal a media tarde que, según asegura, puede finalizar pasada la media noche con un trago de gin.
La coordinadora de la edición holandesa de "Jamie Magazine" inició su investigación el pasado mes de mayo durante una de sus visitas a la Isla. Pronk regresó en junio y, en esta ocasión, lo hizo acompañada del fotógrafo Maarten van der Wal. "Teníamos tan solo tres días y queríamos ver cómo se elaboraba el queso, buscar la mejor sobrasada, nadar en Cala Mitjana o Cavallería o comer una caldereta en el puerto de Fornells. La vida en la Isla es muy lenta, pero hay tanto que hacer....", indica.
Precisamente la experiencia de la última incursión en Menorca le dio la idea para titular su artículo. Aunque en holandés, la frase que encabeza el reportaje es un juego de palabras entre la prisa y la lentitud a través del que la holandesa anima a los lectores a viajar hasta Menorca y les avisa de qué, una vez allí, se tomen la visita con calma para gozar al máximo.
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