Maó. Estas algas proliferan en aguas tranquilas, más calientes de lo normal y en ausencia de viento - Javier

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La Conselleria balear de Salud, Familia y Bienestar Social ha prohibido la captura y comercialización de moluscos en la zona del puerto de Maó debido a la presencia en los bivalvos de la toxina D. S. P., cuyo consumo puede producir trastornos gastrointestinales de carácter leve.

La prohibición se produjo el pasado jueves tras los últimas muestras de agua recogidas por los inspectores del Consell insular, que realizan una intensa labor de seguimiento para garantizar la salubridad de estos productos. Las muestras fueron enviadas a un laboratorio autorizado, que inmediatamente comunicó a la Consellería balear de Agricultura y Pesca la existencia de esta toxina y este departamento lo puso a su vez en conocimiento de las autoridades sanitarias. Las inspecciones permanentes permiten reabrir las zonas una vez se comprueba que los moluscos están en perfectas condiciones.
Un fenómeno natural

Los bivalvos generan la D. S. P., de forma natural cuando consumen un determinado tipo de microalgas y queda alojada en su cuerpo. Al tratarse de un fenómeno natural, sólo un descenso en la concentración de las citadas algas puede devolver la normalidad a la zona afectada. Este tipo de algas proliferan cuando las aguas están tranquilas, remansadas, más calientes de lo normal, apenas circula la corriente y se produce una práctica ausencia de viento. La ola de calor que afectó a la Isla la pasada semana pudo ser la causa de la aparición de este alga.

Según confirmó Manuel Cabrera -uno de los mariscadores profesionales que trabaja en el puerto de Maó- los inspectores del Consell toman muestras semanales de las aguas del puerto y en este caso, fueron tomadas el pasado lunes día 20. "El miércoles por la tarde me llamaron para que no vendiera mejillones y el jueves por la mañana recibí una carta de la Conselleria de Salud comunicándome la prohibición", relató Cabrera. El mariscador explicó que los inspectores procedieron de nuevo ayer a la toma de muestras del agua para su análisis. Los nuevo resultados se conocerán previsiblemente este miércoles.

El mariscador confía en que los análisis confirmen la desaparición de las algas ya que las condiciones meteorológicas en la Isla cambiaron el pasado fin de semana, "entró viento de tramontana y los mejillones vuelven a filtrar agua limpia", explica.

Un mejillón adulto suele filtrar cerca de 400 litros de agua al día, característica que ayuda a eliminar cualquier posible toxina si el medio acuático en el que se recupera se encuentra limpio. Manuel Cabrera dispone además en el mismo puerto de Maó de grandes depósitos que acumulan hasta 2.000 litros de agua y a través de un circuito cerrado y mediante un tratamiento de ozono y rayos ultravioleta, el mejillón filtra y desecha posibles impurezas. No obstante, en esta ocasión, el Govern ha considerado que esta medida no sería suficiente para eliminar el fuerte sabor que el alga deja en la carne de los mejillones.