Humo entre cenizas. Es el paisaje después de la batalla que dejó en marzo de 2011 el espectacular desembarco de Anticorrupción en Ciutadella para investigar las presuntas irregularidades en la gestión del área de Turismo durante el mandato 2003-2007. La operativa policial adoptó el nombre de un rapaz, Xoriguer, y como tal, el ave se lanzó sin piedad sobre sus presas, que incluían a la plana mayor del primer gobierno de Llorenç Brondo. La resolución del caso está próxima a concluir y, con ella, algunas más que seguras condenas, que se sumarían a las del caso del solar de las ratas: una entrada más en la antología de la corrupción y el despilfarro que ha dejado como negro legado el paso de los gobiernos del PP de los últimos 20 años en Ciutadella. Tramas enhebradas con el hilo conductor del derroche del dinero público y la aceptación de sobornos que han alimentado una innatural prodigalidad hacia intereses privados.
El caso Nerer es la siguiente estación del vía crucis para el PP, un aquelarre al que le arrastran sin remisión los demonios del pasado. Con la herida aún abierta del caso Citur, y desde el remanso de paz estival de la Plaça de l'Església de Es Mercadal, el fiscal Pedro Horrach destapó, el pasado día 13 el tapón de otro oscuro tarro de la botica del diablo.
Los perros de la Justicia ya se han puesto a oler el frasco, cuyo nombre parece escrito, otra vez, con letras de escándalo: Nerer. La trama se centra en la permuta del edificio de Can Saura Morell, propiedad de la inmobiliaria cuyo nombre ha bautizado el caso, por el terreno municipal conocido como la joya de la corona -una parcela de 2.178 metros cuadrados ubicada en primera línea del paseo marítimo- y su traspaso en secreto, el mismo día, a la empresa Gel-Fux SL. En la operación, los precios de ambas propiedades habrían sido tasados a medida para favorecer el pelotazo. El periscopio de Horrach ya avista el enfermo mercante en lontananza.
Investigación
La investigación realizada por la comisión constituida ad hoc, cuyas conclusiones fueron remitidas a la Fiscalía en septiembre de 2008, se centró en tres hechos concretos: la permuta de la casa solariega del carrer des Seminari por la parcela del paseo marítimo y las dos permutas de s'Hort den Llinyà, tanto la frustrada (2005), que no llegó a consumarse al estimarse el recurso de reposición interpuesto por la oposición, como la llevada a cabo con éxito en febrero de 2006. En virtud de ésta, mientras el Consistorio ciutadellenc recibía 61.200 metros cuadrados de zona verde con una edificabilidad del 3 por ciento (1.836 metros), el Ayuntamiento entregó a la familia de Jaume Gelabert 72.442,30 euros en metálico; la parcela de la UA-32 con uso de gasolinera; dos parcelas de suelo urbanizable del sector B-9 (en la nueva zona de ampliación del Polígono Industrial) de 11.049,25 metros cuadrados y 38.607 metros cuadrados, respectivamente; y un solar urbano en la UA-37. Este último solar fue cedido y transmitido por la corporación municipal por 714.992,40 euros el 6 de febrero de 2006, la sociedad Gel-Fux SL la recibió. La entidad administrada por Francesc Cavaller Gener la vendió el 6 de octubre del mismo año, apenas ocho meses después, por 1.800.000 euros más IVA.
En el punto de mira
En la lupa de los fiscales: el exconcejal de Urbanismo, Avel·lí Casasnovas –condenado recientemente como cooperador necesario en una tentativa de fraude en el caso del solar de las ratas-; los antiguos representantes de Nerer, José María Villanova Rebollar y Carlos José Vives de Arpe; los empresarios locales Francesc Cavaller Gener y José María Gelabert Fuxà; y las sociedades Nerer Inmobiliaria SL, Gel-Fux SL y Fetosi Desarrollos SL.
Lea el reportaje íntegro en la edición impresa de hoy lunes o enKiosko y Más
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.