Llegada. Una barca de pesca, descargando la captura de ayer en Ciutadella - Cris

TW
0

Dicen los pescadores que como este año, ninguno. Cuentan que, sin que mediara ninguna explicación por parte de las autoridades responsables, se ha elevado de manera más que notable el nivel de exigencia del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil respecto a la actividad pesquera. De golpe, añaden, se exige el cumplimiento de unas normas que hasta ahora o bien se desconocían o bien no se habían hecho cumplir como ahora. Desde la Administración, recuerdan que las normativas que ahora se requieren no son precisamente nuevas y que el papel de las instituciones es hacer cumplir las leyes.

De hecho, la gota que ha hecho colmar el vaso ha sido la denuncia que el SEPRONA ha presentado ante la Conselleria de Agricultura del Govern balear por la situación de los puntos de venta directo que tienen las tres cofradías de pescadores de Menorca. De hecho, a día de hoy, las tres entidades están denunciadas ante Palma por no tener autorizadas estas instalaciones. Este hecho ha pillado por sorpresa a las cofradías. La de Maó, por ejemplo, realizó la petición de regularización en septiembre de 2007 y aún espera respuesta. Las de Ciutadella y Fornells tienen los trámites más atrasados, pero también expresan su sorpresa por una denuncia que llega, aseguran, de buenas a primeras.

Y a todo ésto, cabe explicar qué es un punto de venta directo. La normativa prevé que todas las capturas de los pescadores pasen por una lonja. En Menorca no existe esta instalación, y por eso se regularon los puntos de venta directos, espacios en los que se pesa y etiqueta todo el pescado capturado. De esta manera, se controla su procedencia y el volumen de capturas, pero siempre que estas instalaciones estén convenientemente autorizadas por la autoridad competente, en este caso el Govern balear. En la Isla, ninguno de los puntos de venta directos cuentan con la autorización del Ejecutivo autonómico, a pesar de que la normativa que así lo exige lleva ya varios años de vigencia.

La directora general de Medio Rural y Marino del Govern balear, la menorquina Margaret Mercadal, explica que "no es una cuestión de ordenación pesquera, sino de que existe una normativa que debe cumplirse, y unos agentes de seguridad que tienen la potestad y la obligación de hacerla cumplir y de denunciar si ven que no es así. Ellos están haciendo su trabajo". Los pescadores entienden que ésto sea así, pero lo que no comprenden es el cambio en el nivel de exigencia por parte de estas fuerzas de seguridad, y tampoco comparten las fechas en las que se ha elevado el listón por parte de la Guardia Civil.

UNA MALA ÉPOCA

"Hubieran podido esperar a final de verano, ahora es una época muy mala", explica Aleix Riera, patrón mayor de la Cofradía de Fornells. Riera, al igual que sus colegas de Maó y de Ciutadella, detectan un cambio de actitud en las tareas de inspección y de vigilancia. Por ello, el próximo lunes mantendrán una reunión con el director insular de la Administración General del Estado, Antoni Juaneda, quien a su vez estará acompañado por el capitán de la Guardia Civil.

En este encuentro, se hablará de las tres denuncias, sin duda. Sobre este tema, Margaret Mercadal explica que "estamos intentando solucionarlo, y trabajaremos para que las tres cofradías puedan disponer de su punto de venta directo". Por su parte, el conseller de Economía del Consell de Menorca, Fernando Villalonga, apunta que "hay que preguntarse por qué, después de tantos años, aún no se habían autorizado estas instalaciones ni se había exigido que fueran homologados". En esta línea, Villalonga apunta que "tanto el Govern como las cofradías deben ponerse las pilas, puesto que la negligencia puede venir por cualquiera de los dos lados, y esta situación no es buena para el sector".

Los pescadores, sin embargo, no solamente se quejan de estas denuncias a las cofradías, sino que aseguran que la exigencia se ha elevado en otros puntos como nunca antes se había hecho. Hablan de la poca permisividad con las capturas de langosta cuya talla roza lo permitido, o también del transporte del pescado. Sobre esta cuestión, el patrón mayor de Fornells explica que el miércoles se levantaron dos actas en Fornells.

Ahora, comentan los cofrades, se exige que el transporte de las capturas desde la barca hasta el punto de venta directo se haga mediante un vehículo conocido como isotermo, que es capaz de conservar una temperatura determinada, o en su defecto, mediante unas neveras homologadas. "Son apenas 200 metros de trayecto", explica Aleix Riera, opinión compartida por otros pescadores no solo de Fornells, sino también del resto de cofradías. Ante esta exigencia, los pescadores optan por la compra de estas neveras homologadas, pero aseguran que no pueden disponer de ellas hasta dentro de tres o cuatro semanas porque deben pasar la homologación por parte del departamento de Sanidad quien, añaden los pescadores, desconocen el sistema a seguir para ejecutar esta homologación. "Estamos dispuestos a colaborar, pero pedimos un margen de tiempo razonable, ésto no se puede solucionar en 24 horas", apunta Aleix Riera.

Y es en este punto en el que critica la actuación de las administraciones. "El Consell no se mueve ante esta situación. Se convocó una reunión con el capitán de la Guardia Civil y éste no se presentó. El conseller conoce el problema desde hace dos o tres semanas y no ha actuado", apunta. Como respuesta, Villalonga asegura que sí ha realizado gestiones, "a pesar de que éste no es un tema de nuestra competencia".

Sea como sea, tanto pescadores como Administración aseguran que la calidad del pescado de Menorca no está en cuestión, menos aún en plena temporada turística. "Lo que deben hacer es un trámite, puesto que el punto de venta ya lo tienen. No cuesta dinero, es una tramitación", concluye Villalonga.

MALESTAR EVIDENTE

Este incremento de la vigilancia ha incrementado el malestar de los pescadores de Menorca que, además, viven una temporada realmente floja en cuanto a volumen de capturas y a su posterior comercialización. Sobre el cambio de criterio en las fuerzas de seguridad, desde Maó se denuncia que la Guardia Civil ya no permite a los pescadores de Canutells, Es Grau o Biniancolla desembarcar sus capturas en estos puntos, y les obliga a pasar por el puerto base, en este caso el de Maó. Esta exigencia resulta del todo chocante para los pescadores, quienes prácticamente toda la vida han desembercado el pescado del día en esta zona, evitando así desplazamientos desde otros puntos, ahorrando combustible y ganando tiempo. Por ésto, ahora no se entiende este cambio, y es otra de las dudas que se quieren plantear en la reunión del próximo lunes con el director insular de la Administración General del Estado.

Las sensaciones

Ante este panorama, los tres patrones mayores de las Cofradías de la Isla aseguran a este periódico que no entienden este endurecimiento de la situación. Algunos dicen sentirse perseguidos, y otros critican que, de golpe, se quiera aplicar toda la normativa que hasta ahora no se hacía cumplir, y no comprenden los motivos de tantas prisas. Lo que es evidente es que entre los pescadores, en la época de mayor trabajo, cunde el desconcierto y el desánimo.