En plena temporada turística, los nuevos amarres que se han creado en el puerto interior de Ciutadella aún no están completamente ocupados.
De los 106 nuevos puntos de atraque que se habilitaron tras la salida de los grandes buques del interior de la rada ciutadellenca, 27 aún no tienen dueño. Esto ha generado las críticas de algunas formaciones políticas, y también las de algunos usuarios que esperaban que el proceso de adjudicación de estos amarres se realizara con mayor celeridad.
El responsable de esta situación, Ports de les Illes Balears, justifica la situación por la complejidad de un proceso de adjudicación de amarres en el que la lista de espera incluye casos de personas que llevan más de veinte años esperando un punto de atraque. Así, en mayo se ajdudicaron ya 27 amarres, la mitad de los destinados a base, y el resto está en proceso.
El director general de Puertos del Govern balear, Antoni Deudero, explica que al manejar una lista con peticiones tan antiguas, en algunos casos resulta muy difícil encontrar ahora al titular de la petición, o bien éste ha cambiado de embarcación, o ya no está interesado en el amarre.
Esto implica una serie de trámites administrativos obligatorios, añade, que en algunos casos implican publicación en el Butlletí Oficial de les Illes Balears y una serie de plazos marcados por la normativa que dilatan el proceso de adjudicación.
Deudero, de hecho, asegura que "no tengo ninguna reclamación formal de ninguna persona que estuviera en la lista de espera y que confiara tener su amarre y su embarcación en el mar este mes de julio, y que se queje de que el proceso no haya sido más rápido".
A pesar de esta afirmación del director general, y tal como ha venido publicando este periódico, sí ha habido colectivos que han criticado la lentitud del proceso. El PSOE, por un lado, y la Asociación de Usuarios del Puerto de Ciutadella, por otro. Respecto a las críticas de los socialistas, el director general de Puertos responde que "demuestran un desconocimiento absoluto del proceso de adjudicación de amarres, no saben de lo que hablan y quieren obtener un rédito político de esta situación".
En relación a la Asociación de Usuarios, que llegó a pedir la dimisión del propio Deudero, es considerada por el director general como "47 amarristas en situación irregular, ni mucho menos todos los usuarios del puerto, que pretendían regular su situación aprovechando que había un proceso de adjudicación y querían para ellos una amnistía general".
Siguiendo con la respuesta a las críticas, algunos sectores han insinuado que la adjudicación de amarres no respetaba el orden cronológico de la lista de espera. En este caso, Deudero admite que es así, pero lo es, añade, porque el cronológico no es el único criterio que se sigue en un proceso de estas características.
"Hay que tener en cuenta también que el tipo de embarcación encaje dentro de las características de los amarres, y esto implica que a veces se saltan algunos puestos", explica.
De hecho, Deudero delega en los técnicos el proceso de adjudicación de amarres, puesto que afirma que "no soy yo quien aplica la normativa, sino los técnicos, que hacen todo lo que pueden , y que reciben ahora las críticas de los políticos que gobernaron no hace tanto tiempo". Por todo ello, el director general de Puertos concluye que "ésta es una inquietud artificial provocada por intereses políticos".
En esta línea, y a pesar de que a día de hoy la mitad de los nuevos amarres de base no están adjudicados, Deudero considera "una excelente noticia que la lista de espera, tras más de quince años sin correr, ahora lo haga".
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