Alessandro Vitiello será uno de los principales artífices, esta noche a las 21 horas en el Teatre Principal, de hacer brillar con fuerza la representación de "Don Giovanni" que los Amics de s'Òpera de Maó han programado para la XLI Temporada d'Òpera. Vitiello, además de su faceta como pianista solista, se ha dedicado a la música de cámara y como director de orquesta ha dirigido grandes representaciones como "Werther", "Don Pasquale", "La Flauta Mágica" o "Gianni Schicchi" de Puccini en el Festival Wexford de Irlanda, entre muchos otros títulos.
Vitiello asegura que para este "Don Giovanni" se "ha hecho el máximo en el menor tiempo posible". Trabajó primero con la Orquestra de les Illes Balears en Palma y ha seguido con los ensayos en Maó donde se encontró con los cantantes, "solistas muy preparados que con dos o tres pruebas al piano forte tuvieron el trabajo hecho", asegura el director. Sobre la orquesta sus palabras tampoco pueden ser mejores, "se nota que están acostumbrados al repertorio operístico por lo que ha sido muy fácil trabajar con todos". La dificultad, para Vitiello, radica en que se trata de una obra muy larga y compleja, "arias, duetos, tercetos, cuartetos, sextetos, se suceden de forma intensa y continuada. Es difícil musicalmente mantener una tensión tan alta desde la obertura hasta el final".
"Para el público es también recomendable que venga algo preparado, por ejemplo que se haya leído el libreto para seguir así mejor la historia. Musicalmente he de decir que cuanto más se escucha Mozart más se profundiza en su fantástico mundo musical".
Alessandro Vitiello, como director musical, lleva más de quince años trabajando con el director de escena Massimo Gasparon, "tenemos una visión de la ópera muy similar y trabajamos muy bien juntos. Los dos somos muy respetuosos con la música y se sigue el libreto al detalle".
Vitiello confirma que el "Don Giovanni" de esta noche, y del domingo, va a estar lejos del edulcorado que normalmente se ve. "Todo está escrito, hasta el más mínimo detalle y nosotros vamos a ser fieles al original". Mozart se ocupó también de trascender a la música todos estos detalles por insignificantes que pudieran parecer, "cuando uno llama a la puerta la orquesta toca 'toc, toc, toc!' Incluso las pisadas del Commendatore están musicadas, todo, absolutamente todo en la partitura".
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