Nicolás Bordoy - Archivo

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El empresario Nicolás Bordoy se mostró ayer muy crítico con la normativa sobre terrazas aprobada por el jueves por el pleno del Ayuntamiento de Maó. Acusa al equipo de gobierno de "falta de diálogo" y de dar legalidad con este documento a un "agravio comparativo" entre los negocios del puerto y del centro de la ciudad. Bordoy, vocal de la Asociación de Restauración perteneciente a CAEB, fue el responsable de la entidad que entregó personalmente el pasado mes de abril las alegaciones de este colectivo a la nueva ordenanza de horarios y ocupación de la vía pública del Ayuntamiento aprobada el jueves. También presentó alegaciones a nivel particular.

Bordoy lamentó, "a título personal" la disparidad de horarios aprobada y el agravio comparativo generado, todo ello a pesar de que el pleno del Consistorio amplió los meses del año en que bares y restaurantes pueden mantener mesas en la calle (del 15 de marzo al 31 de octubre), recogiendo una propuesta expresa del sector. El empresario criticó que mientras los negocios del puerto pueden mantener las terrazas hasta las tres de la madrugada, en el casco urbano el límite queda fijado hasta la una de la madrugada. "Son dos horas de diferencia, es un tiempo muy significativo en temporada alta, al ser una importante fuente de ingresos", aseveró. También calificó de "injusto" el incremento aprobado del 50 por ciento en la tasa para el horario nocturno. "El Ayuntamiento cobra este aumento de forma anual, pero las terrazas no están abiertas todo el año", argumentó.

Ocupación de fachadas

Nicolás Bordoy denunció igualmente que algunos de los espacios al aire libre autorizados por el Ayuntamiento de Maó ocupan e invaden fachadas "que no les pertenecen" e incluso otras terrazas se sitúan delante de edificios públicos e históricos que, incide, "prohíbe la normativa balear". "La ley de ocupación de la vía pública establece que sin el permiso del vecino o propietario afectado no se debe permitir la ocupación de su fachada", explica y añade que en una zona de Maó, terrazas autorizadas afectan a dos iglesias y a un banco. "No se trata de generar polémica. Se trata, como dijo el señor Botella (teniente de alcalde) de no caer en favoristismos y de hacer una normativa respetuosa para todos", remarcó.
Bordoy lamentó asimismo que el Ayuntamiento no haya tenido en cuenta buena parte de las alegaciones presentadas por el sector y acusó al equipo de gobierno de no haber agotado todas las vías posibles para alcanzar un consenso. "Se han aceptado algunas cosas, pero en otras quedan importantes lagunas que podrían haberse matizado mejor", denunció. Finalmente, criticó el hecho de que la nueva ordenanza haga responsables a los locales de ocio del orden público tanto dentro como en las inmediaciones, y que, en caso de incumplimiento, el Consistorio puede retirar la licencia al establecimiento en cuestión. "Pagamos suficientes impuestos para que sea la policía quien mantenga el orden. Eso no quiere decir que no colaboremos en caso de conflicto, pero no es nuestro cometido", concluyó.