Instalaciones. Durante el tiempo que han estado cerradas ha habido un deterioro que ahora hay que subsanar antes de su apertura - Cris

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El empresario Valeriano Allés y la que es ya expropiedad de las canteras de Son Sintes, firmaron el jueves a mediodía la compra-venta de los terrenos donde se ubica la industria extractora, dando así por cerrado el enfrentamiento abierto entre titular e inquilino.

Como señaló ayer a "Es Diari" el nuevo propietario de Son Sintes, esta operación ha venido motivada, o ha sido "más fácil", por la sentencia que la Sala Cuarta de la Audiencia de Palma dictó y que condenaba a la propietaria de Son Sintes, María Ángeles Mercadal a indemnizar con 693.188 euros a Valeriano Allés, por las instalaciones no separables y necesarias para la utilización ordinaria de la cantera que el empresario tenía en las instalaciones y que perdió a causa del desahucio. "A partir de esta condena empezamos a hablar", admitió.

La sentencia de la Audiencia vino motivada por el recurso interpuesto por Allés por haber sido desalojado de la cantera que estaba explotando. Si bien los abogados pedían 6,1 millones de euros de compensación, el tribunal estimó que quedaban fuera de la indemnización las edificaciones, maquinaria e instalaciones que motivaron la resolución del contrato de arrendamiento, así como tampoco aquella maquinaria que se pudiera retirar. Tan solo era indemnizable la nave industrial, las oficinas y, entre otros, el taller de mantenimiento.

Allés indicó que "firmamos ayer (el jueves) a mediodía, y hoy (por ayer) hemos empezado a limpiar y a preparar las cosas para volver a salir al mercado". Y es que la intención del empresario es reiniciar cuanto antes la actividad extractiva. "Ya hemos abierto la luz y el agua", añadió.

Tema zanjado

Una vez realizada la compra-venta de Son Sintes, por una cantidad que no ha sido desvelada, Valeriano Allés remarcó que no tiene "ningún interés en hacer especulaciones ni hacer daño a nadie, hemos llegado a un acuerdo con la propiedad que nos iba bien a las dos partes". En este sentido, Allés insistió en aparcar cualquier tipo de polémica con los antiguos propietarios.