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El último número de los "Quaderns Gadeso", recoge un estudio socioeconómico que desvela que Menorca y Formentera son las islas de Balears que mejor toleran al inmigrante, a pesar de que entre la ciudadanía del archipiélago ha ido ganando terreno la opinión contraria hacia los foráneos. Lo primero que apunta el estudio de la Fundació Gadeso, es que cada vez son más los baleares que opinan que en la comunidad autónoma hay demasiados inmigrantes. En 2008 lo pensaba el 60 por ciento de los entrevistados, en 2010 era el 63 por ciento, y actualmente se llega ya al 72 por ciento.

Sanidad y trabajo

El anuncio del Gobierno central de restringir el acceso a la sanidad pública de los "sin papeles" se ha recibido positivamente por el 74 por ciento de los baleares. Entre éstos, el 71 por ciento cree que es la crisis la que obliga a tomar estas decisiones, el 23 por ciento opina que es para evitar fraudes y el 6 por ciento considera que es por la falta de reciprocidad con sus países de origen. Por contra, entre el 26 por ciento de quienes creen que la medida del Gobierno es inadecuada, el 76 por ciento recuerda que la sanidad es un derecho constitucional, el 16 por ciento alega que no supondrá un ahorro importante para el Estado, y el 8 por ciento apunta que se favorecerá una "sanidad sumergida".

Sobre el trabajo y separado por islas, entre 2010 y 2012 se mantiene en Menorca el 79 por ciento de ciudadanos que opinan que los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los autóctonos, mientras que sube un punto en Formentera (de 78 a 79 por ciento) y Mallorca (de 83 a 84 por ciento) y dos puntos en Eivissa (de 84 a 86 por ciento). También es en Menorca donde menos gente (87 por ciento) piensa que si un extranjero se queda sin trabajo debería ser expulsado del país, mientras que este sentimiento es mayor en Formentera (88 por ciento), y Eivissa y Mallorca (92 por ciento).

Sobre qué piensan los baleares sobre los inmigrantes con papeles, el 78 por ciento tiene una visión negativa. De estos, el 67 por ciento cree que ocupan puestos de trabajo de los autóctonos, el 28 por ciento dice que saturan los servicios públicos, y el 5 por ciento asegura que no quieren integrarse. Por otro lado, un 22 por ciento de los baleares creen que los inmigrantes tienen los mismos derechos, ven la diversidad como algo positivo y reconocen que los foráneos hacen trabajos ingratos para los locales. Sin embargo, el porcentaje de personas que piensan así ha decrecido, en 2008 opinaba eso el 40 por ciento de la sociedad.

En cuanto a las facilidades que se deberían dar a los inmigrantes, el 27 por ciento apuesta por la reagrupación familiar; el 32, el 28 i el 15 por ciento cree que deberían tener igualdad de condiciones para acceder a la educación, la sanidad y el trabajo, respectivamente; y el 35 por ciento cree que deberían tener derecho al descuento de residente. Sobre el derecho a sufragio, el 25 por ciento opina que los foráneos deberían votar al menos en los comicios locales.