La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a diez años y tres meses de cárcel a un joven de 21 años, Miguel Ángel C.P., por seis delitos de agresión sexual, tres de ellos en grado de tentativa, al considerar probado que el acusado abusó a mediados del pasado año de seis chicas y las golpeó en diferentes lugares de Menorca, unos hechos por los que se encuentra en prisión preventiva desde julio de 2010.
Además, el tribunal de la Sección Segunda le ha impuesto el pago de 1.290 euros por lesiones, 7.000 por daños morales, 783 por secuelas y 587 por daños en el ciclomotor de una de las víctimas de Miguel Ángel C.P.
Y es que la sentencia recuerda cómo, entre los varios episodios protagonizados por el condenado, el 10 de abril, mientras se encontraba en una parada de autobús en la localidad de Es Castell, se abalanzó sobre una chica a la que agarró de los brazos y le tapó la boca mientras le quitaba las medidas y la ropa interior.
El autor de los hechos consumó la agresión sexual al tiempo que golpeó la cara de su víctima en repetidas ocasiones, todo lo cual provocó en ella diversas contusiones y secuelas además de un trastorno postraumático con conductas evitivas y componente ansioso.
Asimismo, otra de las agresiones se produjo cuando un día después el reo, en las inmediaciones de un restaurante de Maó, se abalanzó sobre otra de las afectadas con intención de atacarla sexualmente, ante lo cual la joven huyó corriendo a mayor velocidad sin que el agresor lograse su objetivo. Sin embargo, sí llegó a propinarle una patada en la parte alta de la pantorrilla.
La resolución judicial considera también probado cómo el 18 de abril el acusado, tras aparcar su vehículo, comenzó a correr tras una joven a la que dio alcance y tiró a la hierba, donde le agarró por detrás y le tapó la boca, mordiendo al inculpado en la mano. Una reacción que provocó que el joven le diese un puñetazo en la cara, además de comenzar realizarle tocamientos por encima de la ropa con ánimo libidinoso. Tras ello, la dejó abandonada en el lugar.
Varios días después, Miguel Ángel C.P., cuando se hallaba en una urbanización de Es Castell, se lanzó sobre otra de las perjudicadas hasta arrastrarle a la entrada de unos apartamentos, donde empezó a propinarle puñetazos en la cara. Sin embargo, finalmente optó por abandonar el lugar ante los gritos de la joven y de un vecino, lo que impidió que la atacara sexualmente.
Mientras tanto, en la madrugada del 4 de julio, el acusado, en las inmediaciones de un parking de Maó, se abalanzó sobre una chica a la que tiró al suelo y golpeó por todo el cuerpo hasta que, asustado por sus gritos y chillidos, la dejó y se dio a la fuga.
Finalmente, el último de los hechos por los que el joven ha sido condenado fue por golpear la motocicleta en la que iba otra de sus víctima hasta que la hizo caer al suelo, empujándola contra una pared seca, golpeándole la cabeza y tocándole por encima de la ropa al no poder bajarle los pantalones.
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