El Congreso de la Red Mundial de Reservas de Biosfera Islas y Zonas Costeras llegó ayer a su fin con una serie de conclusiones técnicas y la vista puesta en julio de 2012, para cuando se habrá acordado un borrador de trabajo, y en septiembre de este mismo año, cuando se presentará una publicación sobre experiencias exitosas en reservas de biosfera insulares y costeras. De la publicación se hará cargo Menorca, según anunció al final de la lectura de las conclusiones el conseller de Economía, Medio Ambiente y Caza, Fernando Villalonga.
La Red Mundial de Reservas de Biosfera Islas y Zonas Costeras, creada en Jeju en el año 2009, se establece a partir del congreso celebrado en Menorca en dos sedes técnicas que lideraran la red: una sede en Jeju orientada a temas de cambio climático y otra en Menorca orientada a temas del desarrollo sostenible. Se pretende así trabajar conjuntamente a nivel mundial y crear los sitios web para coordinar la red.
La globalización de los problemas ambientales y la necesidad de mejorar en la eficacia de su gestión trabajados en red garantiza la colaboración cooperación y transmisión de experiencias adquiridas en distintos lugares que pueden servir de ejemplo, como ha ocurrido durante el congreso celebrado estos días. Interesa consolidar planes de seguimiento independientes a largo plazo y estructurarlos en red para hacer hincapié en los aspectos socioeconómicos y de biodiversidad de las reservas de biosfera y su evolución ante el cambio climático.
La gestión eficiente de los residuos, energía y agua, y la autosuficiencia alimentaria son elementos clave para la gestión de los territorios insulares, donde se tienen que ver más retos y oportunidades de transferencia de experiencias.
También la puesta en valor del patrimonio natural y cultural de las islas ha de crear capacidad local para contribuir a su desarrollo sostenible. Durante el congreso se han expuesto experiencias ejemplares como serían el ecoturismo, la valorización del patrimonio histórico, observación celeste y la creación de marcas identificativas o certificación de productos locales para implicar al consumidor y visitante en su conservación.
La participación de la sociedad se hace imprescindible, tanto en los procesos de planificación como en los de gestión, así se garantiza la sostenibilidad de las reservas de biosfera. Para ello es necesario establecer herramientas y estrategias de comunicación continuas. La formación es otro de los aspectos que preocupa, especialmente en materia agrícola, pesquera, silvicultura, medidas de mitigación al cambio climático y medidas de adaptación al cambio climático. Las nuevas generaciones son otro punto a tener en cuenta y destacar y que se valorará en la estrategia de comunicación, sensibilización formación, en especial entre la población escolar, al ser un sector que ha perdido muchos de los conocimientos y usos tradicionales vitales para la sostenibilidad y por ser el sector que heredará la gestión actual e influirá en el futuro.
La pertenencia al programa MaB, con el aval de la UNESCO, es un hecho destacado en cuanto que genera credibilidad, orgullo y entusiasmo en las comunidades locales. Las reservas de biosfera se deben haber convertido en una herramienta de concentración y cohesión social, también para incidir en el compromiso del sector privado.
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