Hace cincuenta años y un par de días que este periódico se hacía eco de las numerosas peregrinaciones de mahoneses hacia Alaior para asistir a una sesión de cine. Medio siglo después, Alaior ha sucumbido a la expansión del centro de ocio de referencia menorquín, el Ocimax en Maó. Así fue como ayer los amantes del film vieron su última película en los cines del Centro Cultural.
La larga trayectoria cinematográfica que ha acompañado durante muchos años a este municipio llega a su fin.
La decisión tomada por la empresa responsable de la exhibición cinematográfica de todas las salas de la Isla, Salpón, se debe al progresivo descenso en el volumen de negocio, una situación que se ha visto agravada con la supresión de la aportación que el Ayuntamiento de Alaior hacía para el desarrollo de esta actividad en el municipio.
La empresa Salpón recibía del Consistorio una aportación anual de 12.000 euros que ha sido, durante los últimos años, "la única inyección que sostenía el cine", explica el responsable de la empresa, Joan Salas. Es más, el encargado asegura que hace un par de años que "la cuantía ni tan sólo cubría con los gastos que generaba el cine en Alaior".
Salas resalta que el alquiler de una película que ya no está de estreno, como es el caso de las que llegaban a la sala alaiorense, puede rozar los 400 euros más IVA, "un precio demasiado elevado cuando la sala conseguía albergar en todo el fin de semana un máximo de 50 personas,". A ello, hay que añadir el alquiler de la sala que pertenece al Centro Cultural de Alaior, la electricidad y el personal encargado de las proyecciones.
En 2010, el cine comercial de Alaior cerró el ejercicio con un descenso del volumen de negocio que superaba el doce por ciento. Salas apunta, a falta de conocer aun los datos definitivos del año, que las pérdidas han llegado a ser de entre un 20 y un 30 por ciento al año.
Salas asegura que esta bajada de espectadores empezó a producirse con la apertura del centro de ocio Ocimax. "En Maó hay seis salas para elegir", además, "en el Ocimax, el público puede ver películas de estreno y cuando llegan a Alaior ya ha pasado un mes y medio".
Joan Salas indicaba ayer que ante los continuos recortes de las administraciones, "nos veíamos venir este desenlace, una actividad que no recibe la respuesta de la ciudadanía, la decisión del Ayuntamiento se preveía".
A pesar de este final en las proyecciones semanales, Salpón no va a llevarse el equipo de proyección puesto que "dejamos la puerta abierta a otros posibles acuerdos con la administración". Señala que si el Ayuntamiento plantea algún día ofrecer una actividad complementaria, como puede ser cine infantil o cine en catalán, la actividad se podrá desarrollar sin problema. "Estamos dispuestos a regresar si la situación cambia, pero ahora, la parte económica era ya insostenible", indica Salas.
La concejala de Cultura, Educación y Fiestas de Alaior, Isabel Rodríguez, confirmaba ayer la noticia, fraguada el pasado viernes tras celebrarse una reunión entre el Ayuntamiento y el responsable de Salpón.
Rodríguez señala que "no tenía sentido sostener una actividad que daba pérdidas y que ha acabado siendo para un público residual". Añade que cuando se notificó esta eliminación de la partida conveniada, la empresa "no mostró resistencia ni hubo intento de persuasión porque este final se veía venir". Además, indica que sólo se hacía cine de octubre a mayo.
Con ello, el Ayuntamiento indica que "se suspenden las proyecciones semanales pero no cerramos la puerta a actividades cinematográficas puntuales, es una despedida provisional".
Y aunque aun es pronto y la decisión tomada es demasiado reciente, el Ayuntamiento baraja la posibilidad de organizar algún acto de reconocimiento a esta fórmula de ocio que ha formado parte del pueblo durante muchos años.
Así, ayer, quienes decidieran empaparse de una hora y media de diversión con un film de Roman Polanski, cerraron un ciclo de la historia cinematográfica del municipio.
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