Los periodistas ya teníamos pensado ayer por la mañana el titular para la primera jornada de la Volta a Menorca en BTT. A la vista de que los hombres del tiempo anunciaban durante toda la semana grandes lluvias y chubascos, todo parecía apuntar que tendríamos que tirar de los tópicos y hablar de una jornada pasada por agua, o de un inicio con chubasqueros. Por suerte, al final ni tuvimos que acudir a los tópicos, ni el estreno de la Volta quedó deslucido por lluvia alguna, puesto que el cielo respetó a los 620 valientes que, subidos a una bicicleta de montaña, recorrieron 59 kilómetros entre los términos municipales de Ferreries y Ciutadella.
Los propios organizadores confiesan que, antes de la etapa, no confiaban nada en el tiempo, y las esperanzas de que la lluvia no hiciera acto de presencia eran nulas. Al ver que el tiempo regalaba un día espléndido, solo marcado por la humedad que se traducía en calor, los participantes se lanzaron a recorrer la Isla a pedales, y cumpliendo los horarios previstos.
La salida de la etapa transformó la Plaça des Born en terreno de bicicletas. La estampa impresionaba, uno de los puntos más emblemáticos de Ciutadella convertido en un enjambre de ciclistas que enfilaron la rampa que desciende al puerto, observados por decenas de curiosos. Abusando del tópico, la serpiente multicolor partió después de que el conseller de Deportes, Juanjo Pons, la concejal de Deportes del Ayuntamiento de Ciutadella, Tico González, y el presidente de la Federación Balear de Ciclismo, Arturo Sintes, cortaran la cinta protocolaria.
Tras abandonar la ciudad, los ciclistas adoptaron un buen ritmo de pedaleo, lo que provocó que el grupo rápidamente se estirara. Los organizadores explican que los ciclistas más en forma tenían ganas de correr, y marcaron un ritmo muy intenso ya desde el principio. Desde el centro neurálgico de Ciutadella, el pelotón se dirigió hasta Cala Morell, donde los ciclistas abandonaron el asfalto y se adentraron en terrenos menos amables, pero paisajísticamente más atractivos. Así, desde ese momento circularon por el Camí de Cavalls hasta Ets Alocs. Un tramo duro, espectacular y sacrificado. Puntos como La Vall o Cala Pilar han sido especialmente agradecidos visualmente por aquellos que no conocían la zona, pero también se han convertido en los puntos más duros de la etapa, especialmente la conocida como Costa dels Miners, que va desde el Pla de Mar hacia Cala Pilar. No obstante, pedalear con el mar al lado es una experiencia que los bikers han agradecido.
Una vez en Ets Alocs, la comitiva a pedales dejó el Camí de Cavalls, y se dirigió hasta Ferreries, donde les esperaba un punto de avituallamiento. Desde allí enfilaron el camino de regreso hasta Ciutadella, que pasaba por dos sendas de gran atractivo como son el Camí Reial y el Barranc d'Algendar. La ruta se mostró bellísima, pero también muy exigente técnicamente, lo que hizo que algunos ciclistas tuvieran que bajar de la bicicleta y recorrer algunos tramos a pie, cargando con el vehículo en los brazos.
A las cuatro de la tarde, los primeros ciclistas llegaban a su destino, de nuevo la Plaça des Born de Ciutadella. Cumplían el horario previsto, y también lo hicieron los últimos en llegar a meta, que lo hicieron aproximadamente a las cinco y media de la tarde. En estas vueltas, no se tiene en cuenta el orden de llegada, por lo que no consta quién cruzó primero lo que tampoco podría llamarse meta. Además, algunos participantes optaron por hacer los 59 kilómetros de la etapa. Otros, en cambio, cogieron algún atajo y su recorrido fue menor.
De la etapa de ayer, además del buen rollo reinante entre los participantes, destaca el elevado número de caídas. La gran mayoría de ellas sin importancia, excepto una producida en Ferreries, donde uno de los participantes más veteranos cayó al suelo tras chocarse con un cono de las obras en la carretera. El primer diagnóstico apuntaba a la posible rotura de una costilla. La gran mayoría de los otros incidentes se ha producido cuando los ciclistas querían adelantarse entre sí, sobre todo en el túnel que cruza la Ronda Sur de Ciutadella y que enlaza con el Camí de la Trinitat.
Tras los calambres de la primera etapa, la Volta se dirige hoy hasta el centro de la Isla. Parte de Es Mercadal, se dirige hasta Sant Tomàs, llega a Ferreries y vuelve a Es Mercadal. Otros 59 kilómetros que comienzan con una fuerte ascensión.
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