Las instalaciones del Centro Penitenciario Menorca acogieron ayer por primera vez la celebración de la festividad de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias. Con tal motivo, la cárcel abrió sus puertas a los representantes de las entidades colaboradoras y los internos disfrutaron de un ágape especial y diversas actividades lúdicas.
El director de la prisión, José Alfredo Fernández Cuevas, aprovechó la ocasión para realizar un balance positivo de los casi dos meses de funcionamiento de la cárcel y subrayó que la intención de Instituciones Penitenciarias es que el centro se integre paulatinamente en la estructura organizativa de la Isla y se convierta en un servicio más de la administración. "Este es un proyecto común y necesitamos la colaboración de todos", matizó.
El responsable de la cárcel indicó que desde la inauguración, el pasado 28 de julio, se ha trabajado intensamente para hacer frente a las dificultades que suponen montar una estructura y organización desde cero.
Férnandez Cuevas se refirió en concreto a las negociaciones que se mantienen con el Hospital Mateu Orfila de Maó con la finalidad de estudiar la necesidad de habilitar un módulo para la atención sanitaria de los presos.
A pesar de todo, puntualizó que desde que el centro inició su andadura no se han producido incidencias graves ni hechos que hayan perturbado la vida normal de la Isla.
A este respecto, el responsable de la cárcel precisó que el recluso que tuvo que ser ingresado en el 'Mateu Orfila' ingirió las cuchillas de afeitar en la cárcel palmesana por lo que fue necesario hospitalizarlo al ser trasladado a la prisión de Maó, donde había pedido ser desplazado a pesar de no tener vinculación personal con la Isla.
Fernández Cuevas concretó que, a día de hoy, seis de los 58 presos instalados en el centro penitenciario menorquín no tienen ningún vínculo familiar con la Isla. "Se trata de casos excepcionales", remarcó.
El detenido del Geriátrico se encuentra aún en observación
El director de la prisión menorquina avanzó ayer que el detenido como supuesto artífice de la muerte de una anciana en el Geriátrico de Ciutadella se encuentra todavía recluido en el módulo de ingreso del centro penitenciario, donde se evalúa su estado mental con el objetivo de determinar la conveniencia de que el arrestado conviva con el resto de internos.
"Hay que conocer primero al interno para saber si puede llevar una vida en común con los demás presos", señaló Fernández Cuevas, quien admitió que, al tratarse de un centro penitenciario de limitadas dimensiones, "los reclusos tan sólo pueden separarse hasta cierto punto".
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