Mural. Ubicado en el patio de una casa del centro de Maó. - Paco Sturla

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Sólo quien lleva Menorca en el alma y el corazón es capaz de reconstruirla en cerámica con detalle. Tóbal Huguet es un "mahonés de raza". Lo dice su hija Sonia quien reconoce que a su padre cuesta sacarlo no sólo de la Isla, sino de Maó. En S'Arraval, en pleno el centro de la ciudad que le vio nacer hace 67 años, Huguet ha sido capaz de crear un mural para adornar un patio.

Lo comenzó después de Navidad. "A mi padre le encanta el bricolage y tiene todo tipo de herramientas. Comenzó aprovechando trozos de baldosas que habían ido sobrando en obras pero después ha tenido que comprar para poder acabar su obra", explica Sonia.
Además de pericia, Huguet ha necesitado una emplear buena parte de su tiempo libre y una gran dosis de paciencia. "Suya, de mi madre y de los vecinos", dice entre risas Sonia, quien no puede evitar recordar como uno de ellos acabó llamándole la atención. "Como sigue en activo, aprovechaba los fines de semana para trabajar en el mural hasta que un día, un vecino acabó asomándose y diciéndole que ya estaba bien de tanta maquinita", cuenta la hija de este artista aficionado, encargado de mantenimiento en "Ses Tanques" de Es Canutells.

El empeño de Tóbal Huguet que se ha disculpado con quien ha tenido ocasión, ha valido la pena y el patio guardará el testimonio de un mahonés de raza que ha querido tener bien presente la Menorca que tanto le cuesta recorrer.