La desaladora no funciona por unos cien metros de tubo

Este detalle que puede parecer rocambolesco surge del proyecto inicial de conexión de la desaladora con la empresa que suministra el agua a Cala en Bosc, Aigües d'Artrutx. La previsión inicial era conectar la planta con el depósito regulador de esta empresa, el que sirve para mezclar el agua de los pozos y suministrarla posteriormente a los clientes de la urbanización. El problema estalla cuando el responsable de Aigües d'Artrutx, José Lluch, recuerda que él no dispone de un depósito, sino de tres, y por lo tanto, el agua desalada debe llegar directamente hasta los tres depósitos. Este requisito no está incluido en el proyecto inicial, y por lo tanto, los responsables de la obra exigen a Lluch que comunique oficialmente su petición por carta tanto a la empresa concesionaria de las obras como al Ministerio de Medio Ambiente, responsable del proyecto. "A día de hoy no me han contestado, ni ellos ni tampoco el Ayuntamiento, a quien me he dirigido por si ellos sabían algo de este tema", dice Lluch.

LAS MÁQUINAS PARADAS
A partir de este desacuerdo, e incluso con las máquinas dentro de su propiedad realizando las acequias para conectar el tubo del agua desalada con el depósito regulador, las obras quedaron paradas. Sobre el terreno, la situación se ve más clara. El tubo que procede de la desaladora llega hasta unos diez metros del depósito regulador de Aigües d'Artrutx. Faltan entonces unos diez metros de tubos para conectarlos, e incluso la acequia está excavada y vuelta a rellenar. Esta situación se repite en los otros dos depósitos, si bien en estos casos la distancia entre el tubo madre, el que transporta el agua desalada, y los depósitos, es mayor. En total, entre las tres instalaciones, poco más de un centenar de metros de tubo de 400 milímetros de ancho.

SIN RESPUESTA OFICIAL
José Lluch explica que él mismo redactó un anteproyecto para facilitar el trabajo de conexión de la desaladora con los tres depósitos. La petición de disponer de conexión en las tres instalaciones, asegura, se explica por la necesidad de disponer de reservas de agua de la misma calidad que la que se acumule en el depósito regulador. Por ahora, cuenta, no ha tenido respuesta a este anteproyecto, que según su opinión debe costear la administración responsable de las obras.

En cuanto se solucione esta situación, la desaladora estaría preparada físicamente para surtir agua a Cala en Bosc. Faltaría entonces saber a qué precio y en qué condiciones lo haría. José Lluch explica que a día de hoy, no tiene ninguna información sobre cuál puede ser el precio final, lo que le impide saber, por ejemplo, si los usuarios van a aceptar un nuevo precio que, asegura, será más alto que el actual.

Para fijar el precio final, una de las claves es saber cuánta agua va a poder vender el Govern balear, responsable de la planta cuando empiece a funcionar. Se calcula que para Cala en Bosc serán necesarias 3.000 toneladas al día, cantidad que se queda muy lejos de la cantidad óptima que espera producir el Ejecutivo autonómico para amortizar una planta para la que deberá pagar tres millones de euros al año a su constructor.

CRÍTICO CON MASCARÓ
José Lluch se muestra crítico con el anterior concejal responsable del agua en Ciutadella, Josep Mascaró. Según el responsable de Aigües d'Artrutx, "ni él ni tampoco los técnicos se preocuparon por el tema como deberían haberlo hecho, ni tampoco hicieron las gestiones oportunas. Espero que los nuevos gestores del Consistorio sí lo hagan".