No murmurar ni difamar a los otros; llenar las manos de sentido, de fraternidad, de pobreza, de libertad, de oración para que, con las manos llenas, ofrezcamos al mundo alegría y esperanza; ser sensibles ante el dolor; saber cambiar nuestros planes ante cualquier insinuación del Señor o tener coraje y valentía para creer en Jesús y luchar a su lado en contra del enemigo. Éstas fueron algunas de las reflexiones que se esparcieron entre docenas de feligreses y de cofrades reunidos en la iglesia de Sant Francesc para sentir el Via Crucis.
Monseñor Salvador Giménez Valls, acompañado por los sacerdotes Joan Miquel Sastre, Joan Tutzó y Antoni Fullana, así como los cofrades del Via Crucis, una representación de las otras cofradías y multitud de seguidores, hicieron el Via Crucis, el camino de la cruz, narrando cada una de las etapas y momentos vividos por Jesús desde el momento que es condenado a muerte hasta su sepultura pasando por la crucifixión, la caída, la consolación de las mujeres de Jerusalén, la expiración y la bajada de la cruz, entre otras estaciones.
El Via Crucis de este año estuvo precedido por la bendición de la nueva bandera que la cofradía titular de Sant Francesc iba a sacar en la posterior procesión. Se trata de una copia de la insignia original que data de 1943 y que debido al paso del tiempo y la manipulación obligaron a la cofradía a encargar la elaboración de una réplica.
Monseñor Salvador Giménez recordó que el estandarte era "fruto de muchas horas de trabajo, signo que acompañará a los cofrades en los distintos actos así como motivo de admiración y seguimiento del Señor", remarcó.
Caía la tarde cuando el repique de cornetas y tambores de las distintas cofradías empezaron a entremezclarse y a introducir a los feligreses en un ambiente de meditación y oración con claro carácter de Semana Santa. Con máxima puntualidad se congregaron ante la iglesia de Sant Francesc las distintas cofradías que iban a participar en la procesión.
De esta manera, encabezada por la cofradía del Via Crucis y las imágenes de la Oración en el Huerto y Jesús Nazareno, la procesión empezó a desfilar por el Carrer des Frares ante la atenta mirada de centenares de mahoneses y visitantes.
Le siguieron las cofradías de San Pedro Apóstol, La Sangre, la Confraternidad de San Cornelio Centurión y La Piedad así como una representación de La Soledad y el Santo Sepulcro.
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