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Me llamo Ángel Seguí Sintes, tengo 41 años, estoy soltero, vivo en Alaior y mi trabajo consiste en realizar acabados de decoración. Me gusta mucho el campo y los animales. En mis ratos libres me escapo al trozo de tierra que tengo y paso en él parte del día cuidando animales. Tengo cabras enanas, gallinas exóticas, dos burros enanos, perros, palomas....

¿Desde cuándo tiene esta afición de crear belenes?
Desde que tenía unos diez años. Primero lo hacía mi madre y con el tiempo he ido perfeccionando la manera de hacerlos. Utilizo madera para el chasis, papel de periódico cortado en pequeños trozos y yeso. Cuando tengo las formas hechas y duras, les doy un baño de agua con los posos del café para lograr un tono envejecido.

Tengo entendido que todos los años es diferente ¿Crea el belén según lo va haciendo o tiene ya un proyecto definido?
Voy apuntando ideas. Cuando me voy a la cama y se me viene una idea a la cabeza la apunto en un papel. Luego trabajo sobre ella.

¿Todos sus belenes tienen una esencia menorquina?
Sí. No he salido mucho de la Isla, pero creo que el campo menorquín es el más bonito, si está limpio. Mis belenes siempre tienen barreras menorquinas, "parets seques", y viviendas típicas de la Isla. Y entre las figuras –algunas tienen hasta más de 50 años– no faltan los caballos negros.

¿Suele renovar las figuras?
Depende. Cuando salgo y encuentro algo que me interesa a la primera, lo compro. Lo que no me gusta es poner agua corriente en el belén porque puede estropear todo el trabajo hecho.

Su belén ocupa toda una habitación de la casa. ¿Cuánto tiempo le ha dedicado?
Si tuviera una habitación más grande, mayor sería el belén. Cuando el arquitecto hizo los planos de la casa ya diseñó una habitación específica para el belén. Suelo empezar en octubre. Trabajo en él unas cinco horas los domingos. A veces monto y desmonto piezas si no me gusta lo que hago. El día del sorteo de Navidad lo termino y lo quito por Sant Antoni. Es triste porque te desprendes de algo a lo que te has entregado, pero en ese momento ya pienso en el próximo belén.

Su belén es visitado habitualmente por los vecinos de Alaior. Para usted debe ser una satisfacción.
Cada año viene más gente y espero que venga mucha más, pero lo que realmente deseo es que dediquen tiempo para hacer belenes en su casa. Me gustaría que la esencia del belén no se perdiera, hoy día hay mucha influencia norteamericana en la Navidad.

Este año ha colaborado con el Colegio La Salle para enseñar su técnica a los más pequeños.
Hemos montado un taller durante tres sábados de dos horas y media cada día. La propuesta salió de la directora del colegio. El año pasado hablamos de que la esencia de hacer belenes no debería perderse y pensaba que la conversación había pasado al olvido, pero no. Han asistido alumnos y padres. Se han dado cuenta de que pueden hacer un gran belén sin complicarse. Se han divertido y la idea es que monten ellos su propio belén.