El alcalde de Es Castell, Juan cabrera, y la teniente de alcalde Irene Coll se reunieron ayer por la mañana con doce vecinos de Son Vilar para hablar sobre el encuentro que mantuvo el Consistorio con los responsables de la discoteca Tonic el martes.
Los vecinos, que también contrataron un abogado para conseguir el cierre del local, se mostraron preocupados y quisieron conocer cuál va a ser la postura que adopte el Ayuntamiento, de ahí que solicitaran una reunión con Cabrera y Coll.
El alcalde empezó comentando que la decisión judicial ha sido una sorpresa para todos, puesto que ellos opinan que los pasos que se dieron en su día fueron los correctos. "Podemos recurrir la sentencia pero no sabemos como va a salir. Es un momento delicado aunque nuestra intención es apelar, de hecho, nuestro abogado tiene instrucciones de recurrir", dijo Cabrera.
El grupo de vecinos aseguró que seguirá la misma dirección, por lo que su letrado también interpondrá un recurso. Algunos de los vecinos quisieron recordar a Cabrera y a Coll que, durante el tiempo en que la discoteca estuvo abierta, tuvieron que "soportar vibraciones en sus casas y a personas gritando, tirando vasos o aparcando donde no debían", a lo que Coll respondió que "lo ideal sería que este tipo de locales estuvieran en los polígonos pero es cierto que hay establecimientos que llevan muchos años en funcionamiento y están dentro de las poblaciones, sin que el Ayuntamiento pueda hacer nada mientras lo tengan todo legal".
Tanto Cabrera como Coll insistieron en lo que esto puede suponer económicamente para el Ayuntamiento y animaron a los vecinos a que mantengan una reunión con los propietarios de Tonic para exponer peticiones y llegar a algún acuerdo ya que, tal como dijo la teniente de alcalde, "si quieren, pueden abrir el local con todo el derecho".
Finalmente y tras algo de debate, los vecinos decidieron acordar una reunión con la propiedad.
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