Tonic. La discoteca de Son Vilar podría abrir de nuevo sus puertas tras la sentencia favorable para los responsables del establecimiento - Javier

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Tras más de cuatro años cerrada, la situación de la discoteca Tonic de Son Vilar ha dado un giro de 360 grados y es que una sentencia ha revocado la resolución que tomó el Ayuntamiento de Es Castell y que provocó la clausura del establecimiento.

Cabe recordar que el consistorio procedió a la clausura del local alegando que no se habían presentado los permisos pertinentes, una iniciativa a la que se sumó un grupo de vecinos mediante la recogida de firmas y la contratación de un abogado con el fin de terminar con las molestias que ocasionaban los usuarios de la discoteca.

Recurrir la sentencia
Precisamente, los abogados del Ayuntamiento de Es Castell y de la agrupación vecinal recibieron a principios de semana la sentencia favorable para los propietarios de Tonic, un hecho que ha indignado a los afectados. El letrado que representa a los vecinos ha manifestado que el documento no entra a analizar la situación en profundidad pero otorga la razón a los responsables del establecimiento por cuestiones formales, alegando que "el Consistorio debería haber seguido otro procedimiento, como haber realizado un expediente de revisión de la licencia, por ejemplo". Sin embargo, el abogado asegura que, en su opinión, el Ayuntamiento obró de manera adecuada ya que lo que pretendía era velar por el bienestar de los ciudadanos y exigir que el establecimiento contara con todos los papeles en regla. En breve, los abogados de estas dos partes se reunirán para analizar la situación y valorar si merece la pena recurrir dicha sentencia.

Devolución de la licencia
Por otro lado, los responsables de Tonic, que se reunieron ayer tarde con su abogado, se han mostrado satisfechos y aseguran que siempre han tenido la documentación requerida. "Tendremos un encuentro con el alcalde y le vamos a solicitar la devolución de la licencia, con el objetivo de abrir el local de nuevo. Ellos pueden recurrir pero, al existir esta sentencia, podemos abrir la discoteca con todo el derecho".

A pesar de que la intención sea poner en marcha el local, todavía no existen fechas para hacerlo ya que los propietarios esperan a que "todo se resuelva de la mejor manera posible".

El hecho de que Tonic volviera a abrir sus puertas disgusta a una parte de la urbanización pero alegra a otra. Algunos vecinos han afirmado que "lo que hace falta es más civismo, ya que las molestias las causaban principalmente algunas personas que bebían más de la cuenta", y añaden que "con un horario de cierre más prudente, por ejemplo a las cuatro; la colaboración ciudadana y algo más de vigilancia policial, se podría contar con un espacio de ocio para mayores de 30 años, algo de lo que carece Maó y alrededores".

A lo largo de estos días se conocerá cuál es la postura que adoptan el Ayuntamiento de Es Castell y los distintos abogados ante esta sentencia.

Ayuntamiento y Tonic: la historia de un conflicto que dura años
El Ayuntamiento de Es Castell decretó la clausura de la discoteca Tonic en enero de 2006. El motivo fue el supuesto incumplimiento de la normativa para la reapertura del local, que estuvo inoperativo durante unos años. La resolución de cierre se remitió a los propietarios del establecimiento basándose en una serie de informes sobre la situación legal de la discoteca, en concreto, que era necesaria una inspección para comprobar que toda la documentación estaba en regla. Además, la entonces alcaldesa, Irene Coll, aseguró que, en caso de petición de una nueva licencia, posiblemente debería denegarse puesto que el Plan General no permite que haya salas de fiestas en la zona.

A esta resolución se sumó un grupo de vecinos, que recogió 36 firmas e, incluso, contrató un abogado particular, dado que llevaban años "aguantando los excesos de alcohol de muchos usuarios de la discoteca y el alto ruido de la música".

Por otro lado, los propietarios de Tonic respondieron asegurando que la licencia de reapertura estaba presentada y aceptada; y que nunca se había dado de baja la licencia inicial. De hecho, y según explicaron, durante el periodo de cierre, la propiedad liquidó todos los gatos y los trámites pedidos por Hacienda, además de haber presentado la licencia de insonorización necesaria. Asimismo, los responsables del local nunca han creído que la clausura del local y la retirada de la licencia viniesen motivados por las quejas vecinales ya que también se recogieron más de cien firmas para que la discoteca continuara con su actividad.