Camino firme. Carbonero defiende las virtudes de ir dando pasos lentos pero seguros antes que ir a toda prisa sin sumar esfuerzos - Cris

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La vara de mando en Ciutadella pesa, y mucho. Bien lo sabe Pilar Carbonero, quien en estas últimas semanas ha estado en el ojo del huracán. Primero por la dimisión de una de sus concejalas por discrepancias con ella y falta de comunicación. Después por el caso de los parquímetros y la decisión del Consistorio de dejar el servicio fuera de funcionamiento al no haber hecho los deberes a tiempo. Y después, las críticas públicas de su socio, el PSM. La alcaldesa socialista admite algunos errores, pero también saca pecho e intenta vender los logros por encima de los fallos.

¿Cree que ya pasó el temporal?
Yo no lo definiría como un temporal, pero las cosas ni empiezan ni acaban en un día. Sólo un proceso largo deriva en una incomodidad o en una dimisión, y sólo con tiempo se puede reconducir esa situación. La dimisión de Anna Maria Pons Capella no es reconducible, pero sí se puede reestructurar el equipo de gobierno. Y respecto al PSM, yo soy la primera interesada en poner sobre la mesa las cuestiones que deban mejorarse. De hecho, desde el PSOE ya habíamos pedido reunirnos con ellos en dos ocasiones. Firmamos unos objetivos conjuntos antes de entrar a gobernar, y año y medio después hay muchas cosas que, sin perder de vista el objetivo inicial, son revisables.

Pero algo serio debe pasar con el PSM cuando este partido dice que "de momento" no se rompe el pacto de gobierno, pero deja en el aire esta posibilidad para un futuro.
El día a día del gobierno de Ciutadella no es fácil, y no podemos olvidar que venimos de la ruptura del pacto PP-UPCM, nueve personas que se dan de baja de su partido y como consecuencia un gobierno extrañísimo. Entonces el PSOE toma la decisión de gobernar, y se inician unas negociaciones que acaban con el pacto con el PSM. Subimos entonces a un tren en marcha, con una economía muy deteriorada y muchos temas antiguos que nunca se han resuelto y que mucha gente piensa que resolveremos en poco tiempo. Ya dije que no había cumplido ni mis propias expectativas, y seguro que tampoco las de mucha gente. Pero es que somos un gobierno de pacto en minoría, con tres partidos en la oposición...

Éste es el contexto, sí, pero es que lo que se ha exteriorizado de manera contundente ahora es que algo no funciona bien entre los dos socios de gobierno actuales cuando se habla de falta de comunicación y de coordinación.
Por mi parte he intentado que no sea así, pero a veces el día a día distorsiona mucho el objetivo. Además, temas internos como el tema de Pons Capella consumen tiempo y esfuerzos que no puedes dedicar a la gestión diaria. Y éste es el panorama que creo que ha llevado al PSM a sentirse incómodo con ciertas situaciones, como yo puedo sentirme incómoda con otras. Creo que es un tema de prioridades diferentes en dos partidos diferentes, y a veces esto no encaja. Ahora nos toca encontrar el encaje a todo, para determinar cuáles son las prioridades de cada uno y actuar en consecuencia.

Usted defiende que la situación es reconducible.
Por mi parte sí. Es una situación, difícil y complicada que requiere muchos esfuerzos, y quiero agradecer en este sentido el esfuerzo de todo el equipo.

Pero el PSM ha trasladado la cuestión a nivel insular. Será que ellos lo ven más grave que usted.
Me sorprendió esta decisión, que además no se nos comunicó a nivel local. Nos sorprendió a nosotros, a la ejecutiva insular y a la militancia. No entendí este paso, pero no tengo ningún inconveniente en sentarme a nivel insular, a pesar de que creo que este es un tema local. Soy consciente de que algo debe cambiar.

¿Y qué cree que debe cambiar?
No me atrevería a concretar, pero tenemos que ser conscientes de que las expectativas que se crearon con nuestro gobierno están lastradas por muchas dificultades que nos hacen tropezar a diario, y que hemos cometido algunos errores que podríamos haber evitado con otra previsión. Pero no son errores tan graves, como el caso de los parquímetros.

¡Menuda han organizado con los parquímetros!
El objetivo está claro: municipalizar los parquímetros porque esto supone una mejora para el Ayuntamiento y los ciudadanos. Somos los únicos que hemos avanzado hacia este objetivo, y ahora parece que hemos hecho un desastre. Era necesario un punto de inflexión, y un tiempo entre que recepcionábamos las máquinas y solventábamos temas preocupantes como la gente que se quedaba sin trabajo. El parón era necesario.

Pero hacía tiempo que ustedes sabían que el 12 de octubre se acababa la concesión. Hace un año ya la prorrogaron, y en abril también. Parece que ha habido falta de previsión.
Nos equivocamos al no comunicar bien la situación. Tendríamos que haber explicado que día 13 se pararían las máquinas y que permanecerían así durante un cierto tiempo. Reconozco que hemos fallado en la comunicación, pero es que la solución de este tema no es fácil, y al final el objetivo es bueno.

Pocos dudan que así sea, pero el problema es el tiempo con que se hacen las cosas, y la discrepancia en este tema ya supuso el adiós de Pons Capella. De hecho, ustedes mismos ya hablaban desde hacía tiempo de municipalización, y ahora parece que les ha pillado el toro.
Una municipalización no es un proceso sencillo. Quizá en este último año se podría haber planificado mejor la situación, pero no se ha hecho, lo que provocará que tengamos los parquímetros parados más tiempo. Pero nada más. Hemos tropezado, sí, pero no hemos renunciado al objetivo. A veces, hacer las cosas con suficiente previsión es un tema de experiencia, y nosotros somos unos recién llegados que nos hemos marcado unos objetivos elevados.

Es cierto, son ustedes un equipo de gobierno con poca experiencia. ¿Esto les ha pasado factura?
Si miro atrás está claro que algunas cosas cambiaría. Yo tengo delegadas muchas áreas, y no soy de las que incido cada dos por tres. Los concejales deben gestionar con libertad, si no se quedarían encorsetados y sería más difícil avanzar.

¿Y sus concejales han respondido como esperaba?
Cuando sabes que todos dan el cien por cien, ya responden. Hay que valorar el trabajo que hace cada uno de ellos, y si las cosas les van mal, yo tengo que estar a su lado. Incluso debo pensar que yo podría haberme implicado más, pero es que además de ser alcaldesa, gestiono un área como urbanismo, que no es cualquier cosa. Claro que debemos asumir nuestros errores, que los hay y los habrá, pero los concejales están aquí para conseguir los objetivos de la manera más transparente y directa posible.

Usted entró en el gobierno año y medio atrás como el mirlo blanco, la esperanza de muchos. Con todo lo que ha pasado en las últimas semanas, ¿se siente cuestionada?
¡Yo nunca me creí que era un mirlo blanco!


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