Los vecinos montaron sus mesas y aportaron comida y bebida para celebrar la llegada de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia - Javier

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Como viene siendo habitual, las barriadas de Maó han organizado sus tradicionales cenas de vecinos en las que no ha podido faltar la diversión en todos los sentidos. Aunque sea una vez al año, este tipo de reunión festiva es perfecta para comentar la situación actual de la ciudad y la zona en cuestión, cómo van a pasar las fiestas los ciudadanos y anécdotas varias de años anteriores. Es una oportunidad para que los nuevos vecinos se integren y para compartir una velada en la que, normalmente, cada uno ofrece un plato elaborado en casa.

Las canciones y los bailes no se hacen esperar y es que hay barrios en los que la música sonó hasta bien entrada la madrugada. Los niños aprovechan para jugar a sus anchas sin tener que preocuparse por el reloj y los padres disfrutan de un distendido encuentro que anuncia el inicio de las fiestas patronales. También es un buen momento para visitar a los participantes de otras cenas en barriadas próximas y unirse a la celebración, en la que además suelen unirse abuelos, hijos y nietos. Con comida, bebida, música, alegría y buena compañía, la noche de ayer mostró a una población con un buen ambiente festivo que dará paso a los días grandes de las fiestas de Gracia.