El doctor en Medicina Xavier Bosch es el jefe del programa de investigación en epidemiología del cáncer en el Institut Català d'Oncologia de Barcelona. Ha trabajado durante más de diez años en la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la sede de Lyon, investigando sobre todo los tipos de cáncer asociados a infecciones. Buena parte de su carrera profesional la ha orientado a introducir la vacuna de la hepatitis B para la prevención del cáncer de hígado y de la cirrosis hepática.
¿Qué es el virus del papiloma humano (VPH)?
Es un tipo de virus que causa las verrugas corrientes en las manos y en los pies. Por otra parte, también provoca las verrugas genitales, unas infecciones muy frecuentes en la adolescencia y juventud. Se trata de unas lesiones benignas pero que crean un problema social importante de autoestima y de la calidad de las relaciones sexuales.
También existe otro grupo del citado virus cuya incidencia es más preocupante.
Son unos virus de papiloma capaces de inducir tumores, por lo que las personas que se infectan y no son capaces de resolverlos de forma espontánea a lo largo de su vida son susceptibles de tener un cáncer de cuello de útero, de vulva o de vagina. Por otra parte, también pueden provocar un cáncer del canal anal, que es muy frecuente entre los varones homosexuales, y eventualmente un cáncer de pene. Actualmente estamos estudiando la implicación de estos mismos virus en los tumores de la cavidad oral, de la faringe y laringe.
Hay ocho o diez localizaciones tumorales de las que estamos convencidos que en parte o totalmente están inducidos por estas infecciones.
¿Cual es la eficacia de la vacuna contra este virus?
El trabajo de investigación, que ocupó un periodo de 15 años, fue suficientemente potente como para que se decidiese a invertir en recursos para la preparación de una vacuna preventiva. Los estudios que se han hecho para evaluar su eficacia son extraordinariamente positivos y, en la actualidad, todas las agencias de salud pública internacionales, incluyendo la OMS y el Ministerio de Sanidad, han adoptado esta vacuna y la han recomendado para las niñas antes de que empiecen su vida sexual activa.
Por tanto, se trata de una vacuna preventiva.
Sí, la máxima eficacia se consigue si se protege a las niñas antes de que se infecten. En España se aplica de forma generalizada desde hace dos años, y ya se tienen los primeros grupos de niñas entre 11 y 14 años, según la comunidad autónoma, que llegarán protegidas a su vida sexual activa. Una de las vacunas incluye también un componente que la hace protectora de las verrugas genitales.
La vacuna ha tenido el reconocimiento de la comunidad científica.
El descubrimiento y la capacidad de preparar una vacuna fueron suficientemente importantes para que el 2008 se concediese el Premio Nobel a uno de los científicos más emblemáticos en el tema, el doctor alemán Harald Zur Hausen, con el cual trabajábamos juntos desde hacía más de 30 años. Por ello, en este galardón nos sentimos reconocidos todos los colaboradores que hemos trabajado con sus tecnologías.
¿Cual ha sido el descubrimiento realizado por su equipo?
El trabajo más específico de nuestro equipo de investigación epidemológica fue demostrar que todos los casos de cáncer de cuello de útero estaban provocados por estas infecciones. También demostramos que eran exactamente las mismas infecciones que actuaban en todo el mundo. La vacuna que estamos ofreciendo a las niñas es una vacuna universal, es decir, la misma de la India, América Latina, Estados Unidos o Europa.
También se ha dedicado a la vacuna de la hepatitis B.
La vacuna ya es universal, se administra de manera sistemática a todos los neonatos, tanto en los países ricos como en los menos ricos, y hay evidencias de que vacunando a los niños se consigue a largo plazo reducir la incidencia del cáncer de hígado. Se trata de un éxito muy importante de la medicina preventiva y, en estos momentos, se confirma las hipótesis formuladas hace 30 años.
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