En la edición de ayer este medio publicaba la detención el lunes por la mañana de un individuo que circulaba por la carretera general a 193 km por hora. El conductor fue acusado de delito contra la seguridad vial y se ha convertido en el primer detenido en la Isla por este motivo.
Según fuentes de la Guardia Civil de Tráfico, se detectan cada día en Menorca con este radar siete u ocho casos de vehículos que circulan a 150 o 160 kilómetros por hora. Sin embargo, para que se detenga el conductor, como el caso al que se hace referencia en este momento, "se tiene que doblar la velocidad y que además se supere el margen de error del 7 por ciento". Esto es, el límite de velocidad al tratarse de una carretera convencional es de 90 kilómetros por hora. Si se dobla el máximo permitido, se llega a los 180 kilómetros por hora, y si superan los 190 kilómetros por hora, que es más del 7 por ciento de margen de error, constituye delito penal.
El conductor, que llevaba un Volkswagen Golf, fue pues detenido y puesto en libertad. Aunque en el plazo de pocos días se le dará cita en el juzgado para proceder a un juicio rápido. Lo más probable, según la Guardia Civil, "es que se le retire el carnet y tenga que pagar una cuantiosa suma de multa".
RADARES
En Menorca hay en la actualidad dos radares fijos situados en la Me-1 a la altura de Es Mercadal. Entre enero y agosto de 2009, este radar detectó un total de 14.411 vehículos circulando a mayor velocidad de la permitida en ese tramo urbano, en el que se debe rodar a no más de 50 kilómetros por hora. El mes de junio fue el que más infracciones registró, con 4.177 denuncias.
Aparte de estos, existe el radar instalado en un vehículo de la Guardia Civil, que es el que se sitúa en la carretera general, aunque siempre de forma visible para que los conductores puedan identificarlo.
"Este detector de velocidad salta cuando se superan los 112 kilómetros por hora, y aun así, caen unos cuantos cada día, imagina si lo pusiéramos a 90 km por hora, que es el máximo permitido", apuntan desde la Benemérita.
A pesar de estar visible, la mayor parte de infracciones las cometen conductores que no conocen el vehículo de la Guardia Civil, que suele situarse en los tramos más concurridos y en los que se puede alcanzar mayor velocidad, como es la carretera general o la que une Maó y Fornells.
Aunque este radar es fijo, explican, permite detectar la velocidad de los vehículos que circulan en ambos sentidos de la carretera.
El Instituto Armado posee también un vehículo camuflado que se utiliza para localizar infractores que, por ejemplo, sobrepasan una línea continúa o hablan por el móvil mientras conducen.
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