Sorpresa mayúscula en la Comisión Balear de Medio Ambiente (CBMA) que ayer votaba el proyecto de prolongación del dique de Ciutadella. Si la pasada semana -tal como avanzó este periódico- el subcomité técnico votaba para que la iniciativa no tuviera que ser sometida a una evaluación de impacto ambiental, ayer los miembros de la comisión empataron en la votación y dejaron el tema sobre la mesa. Siete de los miembros presentes votaron para que se realizara el informe ambiental, y otros siete para que no se hiciera. El resultado: empate, y la consecuencia, que el tema queda sobre la mesa y no se debatirá hasta la próxima reunión de la CBMA.
La comisión balear, a diferencia del subcomité técnico, está compuesta únicamente por representantes políticos. Ayer, los miembros del Govern balear votaron mayoritariamente para que no se realizara la evaluación de impacto ambiental, lo mismo que hizo el conseller de Ordenación del Territorio de Menorca, Joan Marquès. En total, siete apoyos. En el otro lado, otro representante del Consell de Menorca, en este caso Josep Suárez, director de la Agencia de la Reserva de la Biosfera, votaba para que se realizara la evaluación de impacto ambiental. Con él votó el presidente de la CBMA, el también menorquín Ramon Orfila, los dos representantes del Consell de Eivissa y uno del Consell de Menorca, además de otros integrantes. Uno de los representantes del Consell de Mallorca se ausentó durante la votación.
En caso de empates como el que se produjo ayer, el voto del presidente de la Comisión puede ser decisivo. Si Ramon Orfila hubiera decidido aplicar el llamado voto de calidad, el resultado hubiera sido la obligación de realizar la evaluación de impacto ambiental. Pero Orfila no quiso forzar el debate, y prefirió posponerlo.
El resultado de ayer, sorprendentemente, difiere del pasado jueves. Desde ese día y hasta ayer, los pasillos del Govern y los teléfonos de consellers y técnicos han trabajado mucho. Ports quería que el proyecto de colocación de dos cajones más en el dique de Ciutadella pasara como una modificación no sustancial del proyecto original, pero de momento se trunca su voluntad. O mejor dicho, se dilata en el tiempo. La cuestión quedó ayer sobre la mesa, y deberá ser discutida en la próxima sesión de la Comisión, prevista para el día 29. No obstante, no se descarta que, a petición de Ports, se pueda realizar una sesión extraordinaria antes de esta fecha para volver a discutir el proyecto del dique.
De momento, y tras la votación de ayer de la CBMA, el proyecto de prolongación del dique queda en el aire, hasta que el máximo organismo ambiental de la comunidad se pronuncie. La celeridad que Ports de les Illes Balears pretendía introducir en la tramitación del proyecto para mejorar la operatividad de la infraestructura no ha sido, de momento, posible.
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