Desde el pasado día 1 de julio, ninguna embarcación puede fondear en Cala Teulera a no ser que se deba a problemas técnicos, condiciones meteorológicas o que no haya amarres disponibles en el puerto de Maó. Esta ordenanza no ha gustado a los propietarios de las 20 embarcaciones que actualmente fondean en dicha zona y han asegurado que no piensan moverse. Marius Alexander Grossheim, quien representa a este grupo de personas, ha explicado que recibieron una notificación de Autoridad Portuaria en la que se les obliga a dirigirse a las zonas de amarre, ya que en Cala Teulera sólo pueden fondear un máximo de tres días y siempre y cuando sea por emergencia, "su intención es que paguemos los altos precios de las compañías que gestionan los amarres del puerto. Con esta medida están consiguiendo que muchos yates se hayan ido. Puede ser fatal para la reputación de Maó y no sólo afectará al negocio marítimo, también se verán implicados los restaurantes, los rent a car, las tiendas y demás establecimientos que necesitan del turismo" afirma Grossheim.
Precisamente, el dueño de una de las embarcaciones, de origen francés, explicaba que una de las empresas le solicitó 850 euros por amarrar una noche. "Es increíble. En Montecarlo me cuesta 250 euros enfrente del Casino y con un servicio de 5 estrellas".
Cartas con firmas
Los propietarios de los yates que fondean en Cala Teulera, procedentes de países como Estados Unidos, Holanda, Francia, Alemania o Suiza, han redactado un escrito con 20 firmas y lo han enviado al responsable de Autoridad Portuaria, al Comandante de la Estación Naval, al alcalde de Maó y a los presidentes del Club Marítimo y del Club Náutico Villacarlos. En este escrito explican su postura ante tal prohibición. "Nos gustaría que se replanteara esta orden y se llevara a cabo otro tipo de política en cuanto a la atracción de visitantes. Que haya un buen recibimiento, buen servicio y precios decentes en cuanto a los amarres para todo tipo de barcos. Hay muchísimos yates de menor tamaño que estarían dispuestos a venir a Maó con otras condiciones. Siempre será mejor que aquel de gran tamaño que probablemente no vuelva en mucho tiempo por tener otras rutas distintas en mente". Grossheim afirma que se han presentado varios agentes de Autoridad Portuaria para avisarles de que deben marcharse del lugar. "No nos vamos a mover, no lo vemos justo. Queremos ver si hay algún tipo de reacción por parte de las Autoridades. Deben pensar que en cada embarcación hay gente que quizá no pueda moverse por circunstancias personales. Que tengamos un barco no quiere decir que seamos millonarios".
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