Desde los 22 años es policía portuario, ¿qué parte de su trabajo le gusta más y cuál menos?
Lo que más me gusta es el contacto con la gente y conocer a todo aquel vinculado al puerto. La parte que menos me gusta es cuando hay algún problema de tipo social, como disputas entre parejas. Creo que en Menorca no estamos acostumbrados a ver este tipo de cosas tan a menudo y, siempre que pasan, nos choca bastante.
¿Qué hay de su pasión por el baile cubano?
Todo empezó hace 20 años, cuando me hice amigo de Omar, el dueño de un bar de música latina del puerto de Maó. Tengo que admitir que al principio la salsa no me atraía demasiado, hasta que vi a una pareja de cubanos bailando. Decidí irme a Cuba a aprender con un profesor. Como yo venía del mundo del kárate, tenía bastante facilidad para todo el tema de la memorización pero tuve que buscar a un profesor de percusión para trabajar el oído a nivel rítmico.
Y así fue como surgió lo de mostrar lo aprendido en Menorca.
Yo ya sabía que lo de enseñar se me daba bien porque ya lo había hecho en otras ocasiones y la comunicación es algo con lo que no tengo problema. Hace 11 años que doy clases de casino cubano en diversos lugares. Creo que habré tenido unos mil alumnos en todo este tiempo.
Todos conocemos la salsa, ¿por qué usted lo llama casino cubano?
Porque ese es su verdadero nombre. La salsa en sí es una mezcla de movimientos que surgió en 1956 en el Casino Deportivo de La Habana. Los americanos querían bailar como los nativos pero les era muy difícil y crearon un híbrido con movimientos tipo africano y rock&roll, que era lo que por entonces se llevaba. El casino cubano es una forma de bailar que busca el círculo, se crea energía. Además, compartes ese momento abrazando a una persona, por lo que se rompen las barreras. Me siento feliz por tener un trabajo con el que la gente se lo pasa bien, disfruta y con el que se ven resultados.
¿Hay algún proyecto que quiera realizar dentro de un tiempo?
Mi ilusión es coger a mis alumnos y enseñarles bailes populares cubanos. Es difícil meterse en ritmos más profundos pero es algo que quiero hacer algún día. En Cuba baila todo el mundo, ¿por qué un español no iba a hacerlo? Nadie es arrítmico, simplemente se trata de ponerle ganas e ilusión. Para más información, menorcabailasalsa.blogspot.com, hay datos muy curiosos.
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