Niños. Ante las estrecheces económicas y la incertidumbre laboral, los padres retrasan la escolarización de sus hijos - Javier

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La crisis se deja sentir en las cifras macro, pero también, y sobre todo, en lo más cotidiano. El período de matrícula ha comenzado en las "escoletes" de Maó y, a falta de datos definitivos, sobrarán plazas el próximo curso. "Se ha registrado una demanda ligeramente inferior", reconoce Joan Carles Villalonga, concejal de Educación, para quien la difícil coyuntura económica estaría detrás de este descenso.

El bajón de solicitudes se ha evidenciado en P-1, el curso que correspondería a los niños nacidos en 2009, mientras que las peticiones para P-2 (nacidos en 2008) se han mantenido. "Si uno ha empezado a llevar a un niño a la 'escoleta' se hace el esfuerzo para que continúe, es más difícil no inscribirlo mientras que no apuntar al niño directamente resulta más sencillo", argumenta Villalonga.

Además de apreciarse una tendencia a la baja en lo que se refiere a nuevos alumnos, se detecta también una menor demanda por parte de familias extranjeras, uno de los colectivos más castigados por la crisis.No obstante, el concejal de Educación sostiene que, finalmente, quedarán vacantes entre 25 y 30 plazas. "En el conjunto del sistema, el descenso no será muy grande. Si el año pasado, se matricularon 400 niños este año lo harán entre 375 y 380", aventuró.

Villalonga lamenta la menor demanda por ser "signo de que la gente tiene dificultades para llevar a sus hijos a la 'escoleta' y de que más familias no disfrutarán de una educación temprana para sus hijos", pero no entra a valorar si esto será bueno o malo para los niños. "Entendemos que haya familias que opten por no llevar a sus hijos a la 'escoleta', aunque para el Ayuntamiento la educación 0-3 años sea importante, los niños están bien en casa".

Cierta preocupación

A pie de aula, donde el tema de las inscripciones se personaliza en el hermanito que no irá a la "escoleta" o en el pequeño que la abandona a mitad de curso, asisten con preocupación a este fenómeno. "En P-2 no se ha notado tanto, pero la demanda ha bajado bastante en P-1 y las aulas de recién nacidos. Además, una cosa son la inscripciones y otra formalizar la matrícula. Veremos qué pasa ahora y, sobre todo, a principio de curso", explica una educadora de Es Busquerets, uno de los centros más veteranos de educación 0-3 de Maó.

La tendencia se confirma en La Salle. "En P-3 no nos ha afectado, incluso tenemos gente que no ha entrado, pero en los cursos no concertados (los de menor edad) se ha registrado una fuerte bajada respecto del año anterior", asegura Óscar Mercadal. El director del centro lasaliano afirma que la asistencia a una escuela infantil es positiva, aunque se muestra comprensivo con la decisión de los padres. "Se entiende la situación económica", comenta.

Así las cosas, los centros de Educación Infantil tendrán que adecuar su estructura a la nueva situación. Aún no se ha concretado, pero tanto Mercadal como una educadora vinculada a la Cooperativa de Escuelas Infantiles de Maó, reconocen que habrá que introducir cambios.

Esfuerzo inversor en educación 0-3

La importancia que el Consistorio mahonés concede a la educación 0-3 se ha traducido en un apoyo decidido a este ciclo. En el primer año de funcionamiento de la Cooperativa de Escuelas Infantiles de Maó, el Ayuntamiento se comprometió a subvencionar cada plaza ocupada con 750 euros -lo que suponía un total de 306.750 euros- y a contribuir al mantenimiento de los centros con 116.000 euros. Además se involucró en la construcción de una nueva "escoleta" en la calle Borja Moll, que no abrirá sus puertas a principios de curso por el retraso que llevan las obras, y da pasos para que otra abra sus puertas en Dalt Sant Joan. "En su día se veía la necesidad de mayor número de plazas, aunque la crisis ha frenado la demanda", explica Villalonga. Pese al parón y a la proliferación de aulas modulares en otros ciclos superiores -"los municipios sólo tienen competencias en educación 0-3", recuerda- el concejal saca una lectura positiva. "Esto redundará en que las 'escoletes' estén más esponjadas, habrá menos aulas por centro".