Hay personas que a lo largo de su vida mantienen siempre una línea de coherencia y sensatez que les convierte en especiales, personas que al andar ni siquiera levantan polvo, pero dejan poso, porque aprendieron que lo importante para transmitir un mensaje en positivo es ser ellos mismos, no adornarse con un plumaje ajeno; Álvaro Cardona Bendito es uno de ellos quien, a caballo entre la docencia -se siente profundamente docente- y la música, ha sido capaz, junto con su esposa Lola, de cimentar una familia numerosa y seguir siendo aquel chaval entre serio y socarrón de cuando correteaba por "El árbol" o por "Es Freginal".
¿Cuáles son tus primeras vivencias?
Las normales en cualquier chico de mi edad y de aquellos años; recuerdo especialmente mis correrías per "Es molí d'en Gela" y por "El árbol", espacio éste que luego se convertiría en el Hospital Verge del Toro; en aquel tiempo me hice muy amigo de Roberto Borbolla y de un grupo más de chicos que vivían por aquel entorno y la verdad es que lo pasábamos muy bien, ten en cuenta que te hablo de cuanto yo tenía apenas unos diez años de edad.
Luego ingresaste en el Instituto y a estudiar.
Como debe ser y he de decirte que de mi etapa de estudiante tengo también muy buenos recuerdos.
¿Sigues en contacto con tus compañeros de curso?
Desde hace diez años a finales de mayo nos reunimos y lo pasamos de fábula recordando aquel ayer lleno de vivencias y de anécdotas.
¿Sois muchos?
Bastantes, pero no todos empezamos y acabamos el Bachillerato, algunos lo dejaron y otros se fueron de la Isla; te citaré a la mayoría de ellos, Miguel Orfila, mi primo Juanito Vidal, Carlos Rivero, Usieto, Antonio Borrás Coll, Antonio Pons Sans, Miguel Mezquida Ticoulat, Diego Casasnovas, Antonia Díaz Ponsetí y Enriqueta Coll Alzina.
¿En qué universidad estudiaste?
En la de Barcelona y elegí Biología.
¿Y la mili?
En aquello años los universitarios cumplíamos este requisito en las Milicias Universitarias y consistía en pasar tres meses en verano, durante dos años, en un campamento, yo pasé este periodo de instrucción en Castillejos; luego tenías que realizar seis meses de prácticas en un destino.
Que cumpliste en Menorca.
Sí, primero en La Mola y luego en la batería de Favaritx; cuando llegué sólo había unos 12 ó 13 soldados y yo era el oficial de mayor graduación y al comprobar que la mayoría de ellos no sabían ni leer ni escribir decidí organizar unas clases para enseñarles, al menos, lo más esencial, pero cuando un teniente se hizo cargo de la batería impuso unos métodos más castrenses, gimnasia por la mañana, enseñanzas de tiro y algunas cosas más.
¿Cuándo iniciaste tu andadura docente?
En el año 60 entré en el Instituto como "ayudante de clases prácticas" y estuve en esta situación durante unos meses; de aquella etapa recuerdo a Antonio Obrador que ya como alumno destacaba; luego marché a Cádiz como becario en el Instituto de "Investigaciones Pesqueras", en donde estuve medio año aproximadamente porque tuve que regresar para cumplir los seis meses de prácticas de las que ya te he hablado.
¿Cuál fue el siguiente paso?
Regresar a Cádiz para seguir con el estudio de los crustáceos de aquella zona, pero poco después pasé a Vigo siguiendo investigando en dicha materia; allí pude colaborar con uno de los más prestigiosos investigadores de la época, el profesor Ricardo Zariquiery; hasta que comprendí que la investigación no era lo mío y regresé a Menorca.
¿De nuevo en el Instituto?
Pues sí, con don Juan Gutiérrez como director del centro, pero también daba clases en el Colegio La Salle y en "las Monjas del Cós" (Colegio San José). Y en el curso 63/64 en Calós de Ciutadella.
La tuya debía ser una jornada "super cargada".
Lo era, salía del Instituto y comía a toda prisa para poder desplazarme a Ciutadella en el "correo" de la una, que salía de la Plaza de la Miranda; allí, en el Colegio Salesiano, daba dos clase, dos días por semana, y regresaba a casa… era gratificante pero también estresante; también allí tuve a un alumno "especial", a Joan López Casasnovas.
Las oposiciones eran de "obligado cumplimiento".
Desde luego que sí; pero a las primeras que acudí no tuve excesiva suerte, me "tumbaron" en la prueba final y regresé desilusionado hasta el extremo de que dije a mi padre que no repetiría, pero él me contestó que sin oposiciones no habría boda, y volví a intentarlo, esta vez con resultado positivo.
¿Cuál fue tu primer destino?
Palma; respecto a este destino tengo una pequeña anécdota; yo obtuve el número 12 y una compañera catalana el 11 y ambos teníamos la posibilidad de elegir entre Reus y Palma; afortunadamente pude convencerla para que ella eligiera Reus y yo me quedé con el Instituto palmesano Joan Alcover, cuyo alumnado era femenino, sólo mujeres; el siguiente paso me llevó al "Ramis y Ramis", en el curso 67/68.
Tu padre era catedrático de Ciencias Naturales y yo creía que tú también habías elegido dicha disciplina.
No, yo me decante por la Biología; sin embargo debo decirte que ellos, los profesores de Ciencias Naturales estaban mejor preparados que nosotros para la enseñanza académica, porque abarcaban todas las "especialidades", en cambio nosotros, los biólogos, cuando hemos de tratar o explicar materias que no son las propias de nuestra especialización debemos preparar las clases de una forma más concienzuda.
Como docente, ¿te has sentido realizado?
Realizado y satisfecho porque amo profundamente mi profesión; te ampliaré este apartado; a lo largo del curso yo iba anotando determinadas cosas, digamos que eran como "guiones" para aprovechar en mis clases y a final de curso los rompía todos para no caer en la rutina, quería vivir intensamente mi trabajo que como comprenderás era totalmente vocacional.
¿Cuántos años en el "Ramis i Ramis"?
Deben ser unos 42, porque me incorporé en el curso 67/68 y me jubilé en 1999, a finales de agosto; toda una vida llena de recuerdos, vivencias; muchos años y muchas cosas buenas, porque las otras las eché a la papelera.
Y como director, ¿cuántos años en la brecha?
Pocos, sólo tres, sin embargo fui, durante bastantes años, jefe de estudios, con lo que mi contribución fue más que suficiente.
En qué puesto te has sentido mejor, ¿en el de profesor o en el de director?
En el de profesor, porque como te he dicho me siento docente, no gestor, y al director se le exige que sea un gerente; además en el primer apartado, en el de profesor me sentía más en contacto con los alumnos y podía conoces sus problemas con mayor proximidad, mientras que la dirección de un centro es algo, al menos para mí, más burocrático, diferente.
Recientemente Imma Pitaluga, después de una larga etapa al frente del "Ramis i Ramis", ha cesado del cargo de directora. ¿Qué sensación crees habrá experimentado?
Aunque son reacciones muy personales yo diría que de descanso o de "liberación", incluso puede que de alivio, pero no todos reaccionamos igual e ignoro lo que ella habrá sentido.
Hay compañeros tuyos, de Claustro, que dicen de ti que fuiste un director consecuente con tu forma de ser. ¿Qué opinas de tal valoración?
Siempre intento ser consecuente conmigo mismo y esta etapa no fue la excepción; tampoco fueron unos años muy conflictivos, el problema más serio se producía en los comienzos de curso en que había plazas de profesores sin cubrir y los substitutos se presentaban con retraso lo cual distorsionaba la marcha del centro, y en una apertura de curso dije, públicamente, que el curso no empezaría hasta que no se hubieran incorporado todos los profesores, lo cual provocó el lógico revuelo; por lo demás, valoro con satisfacción la opinión de mis ex compañeros.
Dejemos la docencia y pasemos a otro "mundo", el musical. ¿Qué es la música para ti?
Algo muy pero que muy especial, aunque hoy en día siento más placer como melómano que como músico activo; yo empecé en la música a los 11 años, una edad no excesivamente precoz, teniendo en cuenta que uno de mis nietos empezó a los 6 años y hay casos de inicios con menos edad, aunque pronto comencé a participar en las audiciones del "Grupo Filarmónico", porque para mi padre la música era una necesidad vital que contagiaba a quienes estaban a su alrededor y yo no podía ser menos …
Tu padre, según me has dicho, fue alumno de Eduard Toldrà i Soler, ¿digo bien?
Sí, fue como dices, de ahí que su técnica no fuese sobresaliente porque en los músicos como ellos, me refiero a Eduard Toldrá y a mi padre, la técnica es secundaria, la música, su "alma" es lo que importa por encima de cualquier otra cuestión.
En casa de tus padres se respiraba música, todos los hermanos aprendisteis a tocar algún instrumento musical, ¿cuáles?
José Mari, el mayor, el violín, Juanín el piano, a él cabe definirle como perfeccionista, mi hermana Maruja, también el piano y yo el violín; sin embargo la herencia musical de mi padre son mis siete hijos que, gracias a su abuelo, aman la música apasionadamente y seis de ellos la han elegido como profesión.
Amplíame el apartado musical de tus hijos.
Luis estudió chelo, pero no se dedica profesionalmente a la música, a pesar de que Jaime Calafat siempre decía que era, de entre los 7 hermanos, el que tenía mayores posibilidades en este campo; Carmen es violinista, incluso fue profesora del Conservatorio pero carece del título correspondiente para impartir clases en dicho centro; Marta es profesora de música y ejerce como tal; Álvaro -chelo- es actualmente jefe de estudios del Conservatorio; Andreu es el director de la Escuela Municipal de Ciutadella, su especialidad es el violín como la flauta lo es para María, que ejerce de profesora en la Escuela Municipal de Sant Lluis y Pau, el pequeño de la saga, toca el chelo, es titulado superior y da clases en el Ateneu, en Ferreries, y en Ciutadella.
No dudo conocerás lo de las tres "B" (Bach, Beethoven y Brahms) que otorga a estos tres compositores el "grado" de "gigantes de la música". ¿Estás de acuerdo en dicha apreciación?
En la música, como en otras muchas facetas artísticas, la opinión personal tiene un gran peso específico y no siempre dichas opiniones son coincidentes; hay obras, por ejemplo, de autores prácticamente desconocidos que son auténticas joyas, sin embargo si valoramos la obras de un compositor en su totalidad hemos de convenir que, sobre todo Bach y Beethoven son extraordinarios… particularmente y reconociendo su gran calidad, con media hora de Bach tengo suficiente y a otros les sabe a poco; de Brahms hay quienes destacan su consistencia intelectual y su melancolía románticas; pienso que es difícil establecer un "escalafón", están Schubert, Bartók y otros muchos que también son extraordinarios.
En el plano personal y de volver a empezar, ¿qué elegirías, música o biología?
Mi padre nos dijo que teníamos posibilidades de hacer algo más o menos importante en la música pero que, sin renunciar a ella, era preferible que nos dedicáramos a otra profesión y, así lo hicimos y yo he sido feliz con la opción elegida.
La situación en España, según el Banco Mundial, es más grave de lo que parece, es decir, que la crisis es de órdago. ¿Qué sensación te produce tal afirmación?
Me gusta estar al día de cuanto va sucediendo en nuestro país, leo, escucho la radio, veo la televisión pero en principio muchas afirmaciones "me lleneguen", es decir, no les doy excesiva credibilidad; aunque creo que la situación es más preocupante de lo que creíamos, pero demos tiempo al tiempo.
¿Crees que la Humanidad tiene futuro?
De lo que estoy convencido es que las condiciones de vida cada vez están más deterioradas; a corto o a medio plazo la situación no es alarmante pero sí lo es a largo plazo y me preocupa, no por mí, sino por mis nietos.
¿Ves algún destello de esperanza?
Los hay y no los hay, sin embargo estoy convencido de que en un futuro próximo la gente, me refiero a los privilegiados del primer mundo, vivirá mejor y con más comodidades que las que hoy tenemos y, como consecuencia de ello, la diferencia entre "los dos mundos" se irá ampliando provocando con ello un cambio radical.
La forma de vida de ayer y la de hoy son diferentes, el cambio operado ha sido notorio.
Sí, hoy la vida es más fácil de lo que era antes; recuerdo mis veraneos en cala Ratolí en que las comodidades actuales no existían, sin embargo éramos felices porque no todo consiste en tener, sino en saber disfrutar en cada instante de las cosas pequeñas.
¿Recuerdas algunos hechos o algunas personas con características especiales?
A dos, una es el Padre Petrus, lo que hizo en "Es Freginal" para la juventud mahonesa merece un "cum laude", fue algo extraordinario, la otra es un alumno que tuve, Luis Sintes Blanc, un chaval muy majo, fue en la etapa en que programamos una serie de actos en el Ateneu, una etapa muy gratificante con Pere Prats y otros chicos, Luis entre ellos.
¿Qué deseas para tus doce nietos?
Que la calidad ambiental les permita vivir en plenitud, sin problemas añadidos y evitables.
De Lola y de ti cabe definiros como un matrimonio optimista; vital y musicalmente compenetrado. ¿Es así?
Lo es, es aquello que se dice cuando hablamos de un matrimonio como el nuestro, "ben avingut".
¿Qué le pides a la vida?
Poder seguir disfrutando de la compañía de mi familia; afortunadamente todos residen aquí y de todos me siento muy orgulloso y me siento muy feliz con ellos y con sus hijos, mis nietos.
La vida de Álvaro Cardona Bendito junto a Dolores Mir Ortiz que se inició como una "sonata" de violín y piano se fue ampliando y hoy, junto con su numerosa familia musical -hijos, nueras y nietos- se ha convertido en una sinfonía... incluso puede que inacabada.
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