Marcado por el "zapatazo". El plan de ajuste aprobado por el Gobierno impactó de lleno en el desarrollo del pleno del Ayuntamiento de Maó, que se alargó hasta rozar la medianoche y concluyó con la aprobación de una rebaja de sueldos en consonancia a lo acordado por la Federación Española de Municipios y Provincias (porcentajes entre el 0,56 y el 15 por cien).
La sesión, con 17 puntos en el orden del día, a los que se sumó una propuesta presentada por Esquerra Unida-Esquerra de Menorca por vía de urgencia, comenzó pasadas las ocho de la tarde, por mor de las gestiones realizadas por los portavoces para ordenar y racionalizar el debate relativo a las medidas de ahorro introducidas por decreto esta misma semana.
A este punto, prolijo y confuso en algunos momentos por la conexión entre las propuestas presentadas por los diferentes grupos municipales, la decisión de abordarlas de manera conjunta, la inclusión de una enmienda "in voce" y la participación de los portavoces de todos los partidos políticos de la Corporación, se llegó cuando se llevaban casi dos horas de una sesión en la que se debatió con amplitud hasta los asuntos que se aprobaron por unanimidad.
Pese a ello, los concejales no dieron síntomas de cansancio y se entregaron al intercambio de razonamientos sobre las causas y las consecuencias de una crisis cuya salida se reconoció lejana. El tan traído y llevado bálsamo de los "brotes verdes" quedó finiquitado, sin que ni un solo grupo municipal hiciera amago alguno de esconder lo preocupante de una situación que se verá agravada por la decisión del ejecutivo de Zapatero de limitar el acceso al endeudamiento de los Ayuntamientos.
Así las cosas, el Pleno vivió la paradoja de aprobar a la reducción salarial en el Consistorio mahonés -de aplicación ya en junio- a la vez a que se acogía a las tesis de EU-EM, cuya propuesta de urgencia defendía la conveniencia de instar una revisión, rayana en la eliminación, del citado plan de ajuste.
No salió adelante, eso sí, la moción para instar al Consell a que operase una remodelación orgánica mucho más profunda de la anunciada.
Preocupa la prohibición de nuevos créditos a partir de 2011
Como si de algo completamente asumido se tratase, el debate sobre las medidas de ahorro aprobadas por el Gobierno no se centró en la rebaja de sueldos -se discutió directamente sobre si se aplicaba un 15 por cien de reducción, que proponía Ciudadanos de Menorca, o porcentajes progresivos, criterio introducido por el Partido Popular en una enmienda "in voce"- sino en el impacto de la prohibición de endeudamiento. Maó se sumó al aluvión de críticas que ha recibido esta norma que deja atados de pies y manos a todos los ayuntamientos españoles de cara al futuro, con independencia de cual sea su nivel de endeudamiento actual o el esfuerzo en el nivel de gasto que hayan podido acometer. Se criticó tanto el fondo como las formas. "Nos hace daño tanto la manera como el contenido. Estamos delante de un momento difícil al que nos costará hacer frente", reconoció el propio alcalde de Maó, Vicenç Tur, casi al final del debate sobre el plan de ajuste.
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