Los vecinos y comerciantes de la Plaça des Pins trasladaron ayer al concejal de Ferias y Mercados, Guillem Bosch, su parecer en relación a la propuesta inicialmente acordada entre el Ayuntamiento de Ciutadella y el colectivo de feriantes para ubicar las atracciones entre la zona de aparcamientos de autobuses y la calle que conecta el Camí de Sant Nicolau y el Carrer Mallorca, en un espacio en forma de "L". Los vecinos lamentaron que el concejal no les hubiera convocado para la reunión con los feriantes, puesto que así se ha impedido que expresen su opinión antes de cerrar el acuerdo.
La propuesta inicial que trasladó Bosch no gustó a los residentes, que no entienden por qué no se ubica a los feriantes en el centro de la reformada Plaça des Pins, alejando así a los usuarios y las molestias que generan en las viviendas. A esto, el responsable municipal alegó que el equipo de gobierno quiere proteger al máximo la plaza, teniendo en cuenta que, por la experiencia que se tiene, cada visita de la feria supone desperfectos en el mobiliario urbano y el suelo. "Uno de los objetivos es proteger la plaza" que se acaba de estrenar, afirmó, un propósito que no gustó nada a los vecinos. "Os importan más los pinos que la gente", dijeron algunos.
Propuesta consensuada
Después de más de hora y media de discusión, los vecinos y el concejal acordaron, como mal menor, la propuesta de ubicar las casetas no sobre el carril bici como había previsto el Ayuntamiento, sino a partir de las "tortugas" que separan el carril bici del asfalto, dando la espalda a las casas. De este modo, y si nada lo impide, los feriantes se colocarán en un lugar más alejado de la fila de viviendas, algo que preocupa mucho a los residentes por las molestias y la suciedad que les acarreará. Así, los ciudadanos que pasen por la feria circularán por el asfalto y por la acera de la plaza.
Aseguran los vecinos que los empleados de los feriantes duermen dentro de las casetas, lo que implica que algunos utilicen la vía pública para su higiene y necesidades personales. "El olor a orina es insoportable por las mañanas", indicaron. Por esto, se solicitó al concejal que se extreme la vigilancia en la zona por parte de la Policía Local, para impedir este tipo de actos incívicos. Además pidieron que se instale una valla por detrás de las casetas de los feriantes para evitar que la suciedad invada la acera de acceso a las viviendas.
Otro de los puntos candentes de la reunión de ayer trató sobre los bares ambulantes que vienen con la feria. Los restauradores de la Plaça des Pins no están de acuerdo con que se ubiquen cerca de la Plaça des Born, en el lugar que dejarán libre los autos de choque que no vendrán. "Si se ponen ahí nos arruinarán Sant Joan", afirman, "los queremos, cuanto más lejos, mejor". Y es que los comerciantes no ven justo que "nosotros que estamos aquí todo el año, cuando vienen las fiestas que es cuando podemos hacer algo, nos pongan competencia desleal enfrente, y además, tengamos que sufrir la invasión de nuestras terrazas por parte de quienes comen de los bares ambulantes".
feria alternativa
Bosch confirmó que en el párquing del OAR se instalará una segunda feria que será de dimensiones mayores que la de la Plaça des Pins, y tendrá atracciones como una noria o la llamada "Olla infierno".
Esta feria es la que el Ayuntamiento había preparado de forma alternativa por si se volvían a producir las desavenencias del año pasado, que acabaron con la renuncia de la feria tradicional a asistir a las fiestas de Sant Joan.
Este año, al disponer de dos ferias con dos ubicaciones diferentes, servirá al equipo de gobierno como prueba piloto para valorar en años próximos la posibilidad de retirar la feria de la Plaça des Pins y ubicarla definitivamente en el OAR.
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