El sector de la pesca de arrastre de Menorca muestra cierta inquietud y división de opiniones ante la próxima entrada en vigor del reglamento europeo que les obligará a modificar el tamaño de sus redes. A partir del 31 de mayo, todos los arrastreros que faenan en el Mediterráneo deberán ampliar el diámetro de los agujeros de las mallas en favor de una pesca más sostenible que limite la captura de alevines. Los puertos de la Isla acogen a un total de siete arrastreros; tres tienen base en la rada mahonesa y cuatro en Ciutadella.
La Comisión Europea advierte que el 54 por ciento de las poblaciones de peces analizadas por los científicos en estas aguas se encuentran en un estado alarmante. De hecho, en el caso de la merluza, el salmonete, la gamba roja, las cigalas o el lenguado, los científicos han recomendado reducciones drásticas en la mortalidad de entre el 30 y el 80 por ciento. Además la Comisión ya ha reiterado que no pospondrá la entrada en vigor de la medida a pesar de las peticiones del sector. Ayer mismo la Secretaría General de Pesca Marítima del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino mantuvo una reunión con el sector arrastrero español con este único tema sobre la mesa.
Cambios
Según explica Josep Caules, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, el cambio afectará casi en exclusivo a la corona de la red. La actual tiene una malla con forma de rombo de 1,5 milímetros y ahora deberá ser modificado por una malla cuadrada mínima de 40 milímetros o de rombo de 50 milímetros. Caules comenta que personalmente está a favor de la medida ya que el nuevo mallaje obligará al sector a realizar una pesca más selectiva. "De esta forma se da más opción a que el pescado crezca y se reproduzca. No puedes cogerlo ahora pero lo harás más tarde y será más grande", comentó. "La pesca de arrastre mata mucho pescado que luego no se aprovecha comercialmente y de esta forma muchos peces pequeños podrán salvarse", agregó. El patrón afirma que el cambio en la dimensión de las redes afectará principalmente a los arrastreros que se dedican más a la captura de pescado que aquellos especializados más en la gamba y la cigala. También considera que el gasto económico que acarreará la nueva medida no será excesivo aunque al parecer el sector negocia algún tipo de subvención.
Para el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Maó, Pito Quintana, el nuevo reglamento europeo es un palo más en las ruedas del sector pesquero, un gasto añadido cuya efectividad genera, en su opinión, muchas dudas. Quintana insiste que el verdadero problema de la pesca en el Mediterráneo no es el tamaño de las redes o de las artes de pesca utilizadas, sino que radica principalmente en la excesiva potencia de los barcos arrastreros que faenan en sus aguas. "El límite es de 500 caballos de y se ha permitido motores con una potencia superior en todo el Mediterráneo", recalca. El patrón mayor de Maó también se queja de que Europa ha impuesto una medida sin tener muy en cuenta al sector.
No habrá prórroga
El escaso tiempo disponible para proceder al cambio de mallas en los artes de pesca y especialmente el acopio de materiales (hilos) puede impedir a partir del 31 de mayo cumplir el reglamento europeo. Sin embargo, la comisario de Pesca y Asuntos Marítimos, María Damanaki, ya ha advertido que la aplicación del nuevo reglamento no se pospondrá, aunque sí se mostró a favor de facilitar ayudas al sector. Además ha asegurado que el reglamento no prohíbe ninguna pesca tradicional o especial. Por el contrario, permite derogaciones a las normas específicas en la medida que los científicos certifiquen que las poblaciones afectadas se recuperan.
El 40 por ciento de las capturas se descartan
Las organizaciones ecologistas y de conservación de los mares han advertido en reiteradas ocasiones sobre los daños que las redes de arrastre provocan en los fondos marinos del Mediterráneo. Al igual que el patrón mayor de Maó, hacen hincapié en que muchos arrastreros sobrepasan la potencia reglamentada. Investigadores de Oceana explican al respecto que estos barcos "armados con cadenas y pesadas puertas de metal mantienen el arte abierto mientras aran el fondo del mar y crean un efecto embudo hacia la red", afirman. "Los arrastreros crean graves impactos no sólo sobre las poblaciones de peces que pretenden capturar, sino sobre las poblaciones sino en decenas de especies", añade. Al respecto critica que los niveles de descartes de capturas en muchas pesquerías llegan a ser del 40 por ciento e incluso en algunas zonas esta cifra se sitúa hasta en un 70 por ciento.
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