¿Cómo llegó a Menorca?
Yo tenía 21 años y mis padres compraron una casa en la Isla. Se puede decir que me obligaron a venir porque yo ya tenía mi vida en Gales. Pero supongo que en la vida tienes dos caminos. Uno es hacer lo que se te presente, otro es quedarte con lo que tienes. Yo pensé que si me quedaba en casa siempre me estaría preguntando lo que me hubiera deparado el otro camino.
¿Se puede decir que ha sido el pionero del karate en Menorca?
Yo eso prefiero no decirlo. Si alguien lo dice no voy a ser yo. Pero bueno, este fin de semana la Federación Española de Karate me ha hecho entrega de un placa en la que se reconoce mi labor como impulsor de este arte marcial en Menorca.
¿Qué es un arte marcial?
Como su nombre indica, es el arte de la guerra. Arte de pelear para vivir, no para matar. El karate nació como tal, pero ahora, la verdad que yo creo que es más bien un deporte. El judo, en cambio, nació como un deporte.
Si no es para pelearse, ¿para qué sirve el karate ahora?
Ahora es una herramienta de defensa personal que en realidad nunca utilizas porque sabes que la tienes. La mejor defensa es pues no atacar.
¿Y hasta que usted llegó no había nadie en Menorca que enseñara karate?
No. Yo empecé a entrenar con un amigo en una habitación que nos alquilaban cerca de la Explanada. Después de eso me ofrecieron dar clases en el Gimnasio Sport Club. En ese momento yo era cinturón marrón y no sabía si aceptar o no. Pero al final dije que sí y la gente empezó a venir a verme.
¿Cuando se llega a cinturón negro se llega a lo más alto?
Al contrario. Esto es lo que piensa la gente, pero en realidad esto es el principio. Al llegar al negro es cuando empiezas. Después viene el primer dan, y vas subiendo. Cuando tienes el cinturón negro es cuando empiezas a practicar un arte marcial.
Este fin de semana le ha hecho un homenaje la Federación y ha regresado a la Isla. ¿Cuál cree que ha sido el legado que ha dejado a Menorca?
Ahora se practica el karate en Menorca y además el que es del estilo shotokan, que es el estilo más antiguo, el del karate original y el que yo empecé a practicar aquí. Así que ésta es la herencia que he dejado a la Isla, que es donde todavía tengo mi corazón.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.