La decisión del Consell insular y del Govern de poner coto a la captura profesional de erizos de mar en Balears suscita estos días la polémica en Menorca. De los ocho mariscadores con licencia profesional que actualmente existen en la Isla, sólo uno de ellos se dedica a la pesca de los "vogamarins". De hecho, es el único que realiza esta práctica en todo el Archipiélago, el que abrió mercado a un producto de escasa tradición en las Islas, pero cuya carne es muy apreciada en la Península. Por tanto, para este mariscador menorquín, Juan José Torres, la medida adoptada por las administraciones autonómica e insular basada en criterios de sostenibilidad, no sólo es arbitraria porque en su opinión no tiene suficiente base científica, sino un atropello contra su forma de ganarse la vida y, en consecuencia, decidió interponer una denuncia penal contra la consellera insular de Economía y Medio Ambiente Antònia Allès.
El kilo de erizos cuesta alrededor de 3,50 euros en Menorca y la mayoría de las capturas son vendidas fuera de la Isla. Se dice que no hay marisco que sintetice el mar de un modo tan perfecto como el erizo, además de prestarse a un montón de preparaciones. Los erizos viven en colonias y comen gran cantidad de posidonia, entre otras plantas marinas. Cada animal pesa aproximadamente 10 gramos. Los machos no suelen pescarse y las hembras se deben coger cuando miden más de seis centímetros de diámetro y justo antes de su desove. Las huevas, es decir, el "caviar", la carne que se comercializa se paga en la Isla a 130 euros el kilo, incluso la concha del animal se vende a 74 céntimos más IVA al ser utilizada como plato donde servir tan sabroso manjar. En suma, se trata de un negocio al que no es fácil renunciar si además, como es el caso, se ha convertido en una forma de vida.
Orden de prohibición
La orden de la consellera de Agricultura y Pesca del 2 de julio de 2009 que prohíbe sin fecha límite la pesca profesional de erizo en todo el Archipiélago, permite en cambio la captura de hasta cinco kilos a cualquier poseedor de una licencia de pesca deportiva. Circunstancia que no llegan a entender los profesionales, quienes abogan en su defecto por establecer una veda, un tallaje mínimo y cupos de pesca. Límites que, por otra parte, nunca han existido para esta especie en Menorca.
El coto a la captura indiscriminada de erizos de mar se basa en un informe realizado en 2009 por el jefe del Servicio de Recursos Marinos del Govern, Antoni Grau Jofre. Dicho informe pone el acento en que un solo mariscador menorquín capturó en 2008 alrededor de 2.440 kilos de erizos para satisfacer la demanda externa de la Isla (En realidad entre 2008 y 2009 declaró y facturó en la Cofradía de Pescadores de Maó 4.143,30 kilos). Y aunque el informe señala que posiblemente las poblaciones de erizo de Menorca pueden absorber "sin problemas" niveles de explotación "muy superiores a los tradicionales", aconseja por "precaución" establecer una talla mínima, épocas de veda y cuotas de captura para "asegurar la sostenibilidad" de las explotaciones de estos invertebrados. Igualmente, afirma que esta regulación se debería basar en un estudio de los principales parámetros biológicos del erizo común (época de cría, talla de la primera madurez y densidad, entre otros) y, mientras no haya resultados, aconseja no permitir capturas.
Paralelamente a este informe, el Consell encargó un estudio sobre el erizo de mar a la Asociación Menorquina para la Conservación del Fondo Marino que costó 5.500 euros y que concluye con recomendaciones similares. En este caso se solicita que para recoger erizo se disponga de una licencia de pesca deportiva o de mariscador profesional. En el primer caso se permitiría capturar hasta dos kilos diarios y en el segundo hasta diez. Igualmente, especifica que sólo se podrán coger a mano o con herramientas tradicionales a un máximo de diez metros de profundidad sin equipos autónomos de respiración. Los mariscadores sólo podrán alcanzar una cuota de 800 kilos entre todos ellos y se levantaría una veda desde el 1 de agosto al 31 de diciembre para asegurar la reproducción . Se da la circunstancia de que recientemente el PP cuestionó la utilidad de este y de otros estudios de carácter medioambiental sufragados por el Consell por un valor total de 94.140 euros.
El director insular de Agricultura, Bosco Gomila, explicó ayer que, a tenor del informe técnico de la conselleria balear de Agricultura y del estudio encargado por el Consell, y tras dialogar con la Cofradía de Pescadores de Maó, tanto la Administración insular como el Govern optaron por aplicar el "principio de prevención" y prohibir la capturas de erizos. "El objetivo es que la extracción sea perdurable en el tiempo y para estudiar qué se hace en otras comunidades", subrayó Gomila, quien aseguró que esta prohibición se suma a las limitaciones ya establecidas para otras especies, al tiempo que comentó que el siguiente paso previsiblemente será fijar conjuntamente entre Administración y profesionales cupos de pesca, tallaje y vedas.
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