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Son ejemplos del poder municipal, estiran votos para sus partidos a todos los niveles y han conseguido no solo mantenerse sino crecer en apoyos. Todos ellos tienen en común que reparten su tiempo por igual entre la calle, con sus ciudadanos, y los despachos, donde se toman las decisiones. Su personalidad forma parte de la oferta electoral, junto con el programa del partido, y ese es un factor muy a tener en cuenta en los comicios municipales.

José Luis Benejam (PP) no solo ha logrado revalidar su mayoría absoluta sino que la ha ampliado, rozando un octavo concejal en Alaior, un hito en este municipio.

Antonia Camps (PP) ha puesto una gran distancia entre sus contrincantes políticos, de un escaso margen de cinco votos en 2019 ha pasado a cosechar 585 votos para su partido en el municipio de Es Migjorn Gran. Ambos se sienten reforzados en su gestión y probablemente también se hayan beneficiado de la marea del voto al Partido Popular que ha recorrido las islas.

Héctor Pons (PSOE) sin embargo ha resistido a esa ola azul y convierte, una vez más, Maó en el refugio de la izquierda en Menorca. En 2019 el PP fue la fuerza más votada en el municipio, aunque no pudo gobernar debido al pacto de las formaciones de izquierda; en 2023 sin embargo, tras un mandato complicado para todos por una inesperada crisis sanitaria que derivó en otra económica, Pons ha recuperado para el PSOE la primera posición transcurridos dieciséis años.

La cercanía y la dedicación, sin contar las horas, son factores determinantes para revalidar la confianza de sus electores. En eso, más allá de las siglas, coinciden.

José Luis Benejam, alcalde de Alaior

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Benejam camina por el centro de Alaior. | Josep Bagur

«Yo he estado en la calle los cuatro años, me gusta estar entre mis vecinos»

José Luis Benejam (PP) se siente reconfortado por los resultados, porque considera que este éxito electoral avala su trabajo. «Es muy emocionante ver que tantos vecinos de Alaior apoyan el proyecto que iniciamos hace cuatro años y de forma tan contundente, es algo muy especial», declaró ayer. Benejam reconoce que la política le roba horas de sueño, descanso y de vida personal y familiar «pero es apasionante y me siento afortunado, es un reto diario». Atribuye su triunfo al trabajo del equipo y, en lo personal, cree que se debe a que «no soy un político al uso, me considero más un gestor al servicio de los ciudadanos, estoy para ayudar y ellos lo saben».

Eso implica 365 días 24 horas. «Yo no he estado en la calle durante la campaña, yo llevo en la calle los cuatro años, no he sido un alcalde de despacho, me gusta ir a cada acto, cada actividad, cada concierto o a cada reunión de asociaciones o de los clubes del municipio», asegura, «me gusta estar entre los vecinos y quizás eso es lo que valoran, esto para dar soluciones, si están en mi mano es rápido, si no, tardan un poco más». Benejam ha gobernado con administraciones dirigidas por partidos de izquierdas, en el Consell y en el Govern balear. Además recuerda que han sido cuatro años difíciles, con una pandemia por en medio, «han habido dos años muy complicados para cualquiera que haya tenido que gestionar», explica, «en realidad han sido dos años hábiles», y aún así cree que en ese tiempo se ha dado un impulso al municipio, tanto en el núcleo urbano como en las urbanizaciones.

Para el futuro, con una concordancia de ideas y color político en el Govern y el Consell, el alcalde en funciones de Alaior espera «complicidad e implicación» pero avisa: «Yo seguiré igual en cuanto a presión e intensidad ante otras administraciones, yo no voy a ser otro, si te sitúan en la Alcaldía es para defender el interés general de Alaior ante quien corresponda».

Antonia Camps, alcaldesa de Es Migjorn

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Antònia Camps, reelegida alcaldesa. | Josep Bagur

«Gracias a la gente de mi pueblo, siempre dije que venía a poner paz»

Antonia Camps (PP) no solo se ha afianzado en la Alcaldía sino que ha logrado una diferencia que le permite doblar en concejales a los socialistas. Camps todavía responde emocionada, después de los nervios de la noche electoral, y transmite todo el agradecimiento «a la gente de mi pueblo y a los que conviven con nosotros aunque no hayan nacido aquí», señaló ayer.

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Confiesa la alcaldesa en funciones de Es Migjorn Gran que durante la campaña «tenía días» más optimistas, en los que pensaba que «podía salir» y otros con nubarrones en los que se le pasaba la derrota por la cabeza. Y finalmente ha obtenido 585 votos. «Creo que es el resultado de la buena gestión de cuatro años, eso son hechos, y nosotros tenemos muchos proyectos para Es Migjorn», explica.

En lo personal, afirma que ella aporta entrega, «seguiré trabajando muchísimo» y proximidad con sus convecinos. «Creo que he estado cerca del ciudadano y ayudando sin mirar el signo político de nadie, siempre dije que venía a poner paz», después de unos años convulsos en la política local de un municipio pequeño como Es Migjorn Gran, en el que las elecciones no solían resolverse por una distancia en votos tan contundente, sino más bien por un margen estrecho. En 2019 ganó por cinco votos y ahora lo hace por una diferencia de 286.

Camps recibió la victoria entre lágrimas la noche del 28-M después de una jornada electoral especialmente intensa, en la que se cuestionó su ayuda a un vecino mayor de la localidad que le pidió ayuda para votar, precisamente al PP. Se produjo un momento de tensión cuando el interventor y exalcalde del PSOE, Pere Riudavets, señaló esa irregularidad, y tanto la ahora alcaldesa electa y el socialista decidieron salir del colegio electoral.

Finalmente el hombre votó y los partidos encauzaron la situación y comentaron lo sucedido rebajando la intensidad.

Héctor Pons, alcalde de Maó

Pons ayer, conversando con una ciudadana en Maó.

«Me preocupa que Vox condicione los gobiernos del PP»

Héctor Pons cree que su victoria reside en «el buen trabajo realizado los últimos cuatro años a pesar de las dificultades» y también opina que, dentro del giro a la derecha a nivel insular y autonómico, el electoral ha valorado el Ayuntamiento de Maó de forma separada. El político socialista está satisfecho por el resultado logrado, que considera «bueno a la vista del contexto», y es la subida general del Partido Popular.

En ese trabajo municipal del último mandato destaca el apoyo recibido del Consell y del Govern balear, y confía en que «se mantenga el compromiso con Maó» también cuando se consumen los cambios de gobierno resultantes de las elecciones.

Pons se manifiesta «preocupado» por la entrada de Vox en las instituciones pero no porque tenga un concejal en Maó, que se sentará en la oposición, «me preocupa sobre todo por los gobiernos, que estos estén en manos de una derecha condicionada por la extrema derecha, creo que eso es muy peligroso para el modelo de Menorca que nosotros defendemos, su modelo es antagónico al nuestro».

Con sus ocho ediles, apoyado en los cuatro de Ara Maó, el gobierno de izquierdas en la ciudad está garantizado. Héctor Pons ya dejó claro en la noche electoral que la campaña electoral no había sido respetuosa por parte de algunos oponentes políticos. Ayer concretó y señaló a los populares que lidera Mateu Aínsa.

«Nosotros no hemos dicho nada del PP durante la campaña y ellos la han basado en criticar y repartir panfletos diciendo que ‘Héctor es Sánchez’ y hablando de Bildu, creo que la gente no ha aprobado esa manera de hacer política y ha quedado demostrado», declaró.

Héctor Pons se refería con las «zancadillas» y la «política sucia» a la propaganda electoral que distribuyó el PP en la que se podían leer frases como «¡Que nadie te engañe, Héctor es Sánchez» y se mezclaban problemas municipales con los nacionales. «Más de 1.000 beneficiados con ‘su’ Ley del ‘solo sí es sí» o «Prefieren a Bildu y ERC que a todos los españoles», eran algunas de las frases en la propaganda.