Carlos Izquierdo y Nieves Guri, en la inauguración de la muestra que se podrá visitar hasta el 24 de noviembre. | Katerina Pu

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La colección artística que atesora Ca n’Oliver tiene un notable valor por sí misma, pero también como fuente de inspiración para nuevas creaciones. Con ese espíritu nacieron en 2022 los Premis Lab Oliver, que este año ha seleccionado como una de las propuestas ganadoras el proyecto titulado «Tot això serà la terra», firmado conjuntamente por Carlos Izquierdo (Alicante, 1982) y Nieves Guri (Palma, 1984) y que desde ayer se exhibe en el centro cultural.

Se trata de una muestra que se centra en dar protagonismo al paisaje menorquín mediante una reinvención futurista de la cartografía. Los artistas han buceado en los fondos del espacio museístico para utilizar los históricos mapas que custodia como    inspiración, el punto de partida de un proceso que ha resultado en una instalación que se puede interpretar como un paisaje sonoro. Un espacio, explica Guri, que mezcla «pasado, presente y futuro», y de cuya fusión surge un «imaginario cuarto plano temporal».

Los artistas han creado una atmósfera inmersiva para la instalación inspirada en la antigua cartografía de Menorca, que adquiere una nueva dimensión audiovisual.| Katerina Pu

Cabe recordar que Guri ya    ganó el año pasado el reconocimiento del Lab Oliver, también con un proyecto conjunto («Taula»), un éxito que repite en colaboración con Izquierdo, para quien el galardón ha sido una gran alegría «porque tengo una    relación personal con la Isla muy especial desde hace años. Poder hacer un trabajo sobre su territorio y paisaje es una manera de hacer patente ese vínculo», destaca.

«Tot això serà la terra» arrancó con una fase de documentación previa con los mapas sobre la mesa para escoger esos puntos de la Isla que posteriormente formaron parte del proyecto. Una vez elegidos, los artistas se desplazaron hasta el lugar exacto para documentar de nuevo el lugar a través de una doble vertiente, la de la imagen y el sonido ambiente. Elementos que, fusionados, son la materia prima de una instalación    que se «envuelve en una ambiente inmersivo», explica Izquierdo, en el que consiguen con diferentes materiales «una textura de territorio» con la idea de «crear un volumen y dar una espacialidad al espacio».

Al respecto, añade Guri que    «nos gustaba mucho la idea de convertir la sala en un espacio como si fuera un punto más de la cartografía, un lugar    con una atmósfera propia donde experimentar la Isla desde algo desconocido». Una propuesta visual y también sonora que se alimenta de las grabaciones de en pleno campo, complementadas con las voces de los dos artistas a modo de diario.

Otra imagen de la muestra | Katerina Pu

«Tot això serà la terra» es un viaje por los límites de la Isla que presta especial atención a los «márgenes» desde la perspectiva más natural, pero también tiene registros «de esos espacios que representan la apertura al resto del mundo», como por ejemplo el puerto de Maó, que comparte espacio en la muestra con otros puntos geográficos como Monte Toro, Cala Rafalet,Son Bou o Cavalleria, entre otros.