El grupo vallisoletano actuó en Es Castell ante cerca de un millar de personas. | Rafel Pons

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Se ha convertido en un clásico.    Cuando se acercan las fiestas de Sant Jaume, en Es Castell la música comienza a sonar con fuerza. Algo que viene sucediendo en los últimos años y con bastante éxito. Si recientemente se había elegido como opción apostar por bandas    tributo a lo grande (Queen, U2...), este 2024 se ha retomado la senda anterior, como cuando tuvieron como invitados a grupo de renombre de la época dorada del pop español, La guardia y La Frontera. Este año se decantaron por Celtas Cortos, y la fórmula volvió a funcionar: cerca de un millar de personas se dieron cita en el aparcamiento de Calesfonts para disfrutar de una gran noche de pop-rock-folk.

Se encargaron de caldear el ambiente dos bandas como teloneros.La noche arrancó con los hits de rock clásico del grupo local Billy Goat’s y tomó el relevo La hoguera, un grupo especializado en hacer versiones de uno de los grandes nombres del rock patrio, Extremoduro. La actuación de cada uno de ellos no llegó a la hora de duración, pero con el ambiente ya en ebullición, la espera hasta que apareció el grupo vallisoletano sobre el escenario a algunos se les hizo larga.

El retraso no fue mucho, apenas de unos 15 minutos,    explicaron desde la promotora del evento, que argumentó que la tardanza fue por motivos ajenos a la organización. Al parecer todo tuvo que ver con un retraso en el vuelo de llegada a la Isla, lo que provocó que no se cumpliera con el horario inicialmente previsto.

Pero una vez que sonaron los primeros acordes de «Que bailen los demonios» todo pareció quedar en el olvido. Un tema marca de la casa incluido en su último álbum de estudio, que se publicó el pasado 19 de abril para celebrar que hace 40 años nació el proyecto musical, un día antes de que ofrecieran dos de los conciertos más importantes del año, en el Palacio de Vistalegre de Madrid, donde actuaron coincidiendo con la fecha de su canción más famosa.

Fue una noche para presentar algunas de las canciones del nuevo álbum, «El mundo al revés», el primero con material nuevo desde que en 2018 saliera a la venta «Energía positiva». Incluyeron en el repertorio del concierto de Es Castell otras canciones de estreno, como la que da nombre al disco, además de «Mañana sale el sol» o «Solo ante el peligro».

En total sonaron 23 canciones con las que repasaron su amplia trayectoria. No faltaron temas tradicionales del folk celta como «El marinero borracho» y hubo espacio para hits tan trepidantes como «Madera de colleja», con su regusto a ritmo ska. Sin embargo, Celtas Cortos se guardó la artillería musical pesada para el tramo final del concierto. Justo antes de su despedida, dispararon «Tranquilo majete» y «20 de abril» para acabar de conquistar al público.

Lo que parecía un adiós no lo fue y cumplieron con el esperado bis. Primero con el ritmo más pausado de «La senda del tiempo» para después poner la guinda con otro de sus grande éxitos, «Cuéntame un cuento». Ocho años después de su última visita a Menorca, cuando actuaron en la terraza de Es Claustre, los vallisoletanos volvieron a dejar un buen sabor de boca en el público menorquín. Parece que no pasa el tiempo para Celtas Cortos.