No figura el poblado talayótico de Sant Agustí Vell entre los más famosos de Menorca, y tampoco, por su ubicación, es de los más visitados, pero en cambio sí es uno de los más peculiares. Una de sus características más singulares es que acoge uno de los pocos talayots de la Isla que no es macizo, es decir, que tiene una cámara interior; y el otro atributo que le hace único son las vigas de acebuche con cerca de 3.000 años de historia.
Más allá de esas características, el recinto atesora otras que hace del poblado situado en término municipal de Es Migjorn Gran un espacio de gran interés para los investigadores; no solo por lo que muestra, sino por lo que también esconde. Eso propició que en 2107 se pusiera en marcha el Proyecto Arqueológico Sant Agustí Vell, que tras cinco campañas, este año ha iniciado los trabajos de su segundo plan quinquenal.
Un asentamiento hasta el 300 a.C
Este 2023, un equipo de ocho arqueólogos, a las órdenes de los coodirectores del proyecto, Montserrat Anglada y Damià Ramis, se ha centrado en excavar la habitación adosada del edificio sur del Talayot 1, conocido como el de «Ses Bigues de Mata». Y ya se pueden avanzar algunas conclusiones. La primera, que el entorno del citado edificio sufrió una ocupación tardía durante la Edad de Hierro, que se prolongó hasta el 300 a.C, aproximadamente. Así se concluye de acuerdo con la tipología de las cerámicas de importación recuperadas tanto en el corredor de acceso al talayot como en los niveles de derribo de la habitación exterior adosada a la fachada.
La investigación también ha servido para constatar que el carácter de la ocupación es claramente doméstico. «Hemos encontrado materiales relacionados con diferentes actividades cotidianas, como el almacenaje y transformación de productos agrícolas, textil y herramientas de uso cotidiano, como percutores, punzones de hueso y algunos metálicos», explica Ramis.
El arqueólogo mantiene la hipótesis de que el espacio que han excavado «formaría parte de una casa más grande, que podría incluir otras estancias o habitaciones adyacentes». A nivel científico, asegura que lo más relevante es que han podido documentar la fecha en torno al 300 a.C, «que es un contexto poco conocido».
Lo que queda por investigar
En el plano patrimonial, argumenta que la excavación de los citados espacios del edificio, el pasillo de acceso al talayot y la estancia interior ponen de manifiesto la monumentalidad de las estructuras arquitectónicas. El edificio adosado, con muros de tres metros de alzada y un pórtico aún por destapar, abre la puerta a «investigar si quedan niveles de los inicios de la Edad de Hierro y de las fases iniciales de la cultura talayótica», explica Ramis.
La excavación se está llevando a cabo por parte de la Associació Arqueología i Patrimoni con el apoyo económico del Consell insular, el Ayuntamiento de Es Migjorn Gran y la Fundación ASMAR-Catalina Mercadal y el apoyo logístico del Museu de Menorca.
El apunte
Los hallazgos: desde herramientas varias y vasos, hasta restos humanos
Los investigadores mostraron in situ varios de los hallazgos de la campaña. Destaca un vaso que podría haberse utilizado en algún tipo de ritual, además de herramientas varias, algunas construidas a partir de huesos y otras metálicas. También aparecieron utensilios para moler y tejer, y como curiosidad cabe destacar la aparición de restos humanos, como metatarsos y falanges de un pie. Cabe recordar que el Consell ha participado en el proyecto con una aportación del 14.000 euros. «Seguiremos invirtiendo y aumentando los recursos para la investigación, difusión y conservación», avanzó el conseller de Cultura, Joan Pons Torres.
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