El formato electrónico está lejos de ser la opción preferida por parte del lector, pero sigue avanzando. | Josep Bagur Gomila

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Imagine una biblioteca accesible 24 horas al día, siete jornadas a la semana y 365 días al año. Existe, su nombre es eBiblio y está alojada en internet. El mundo del libro está en plena transformación, y con él también las bibliotecas de toda la vida. Estamos hablando de un cambio que venía produciéndose poco a poco, se disparó con la pandemia y ahora, de una forma más estable, sigue adelante.

La Isla no es ajena a esos cambios y también se aprecian señales de la nueva tendencia. Según se recoge en los últimos datos facilitados por la Xarxa de Biblioteques de Menorca (memoria de 2022), el préstamo ordinario (116.999 documentos) bajó ese año un 1,8 por ciento, mientras que por otra parte el realizado a través de la plataforma eBiblio (5.777) aumentó un 10 por ciento, aunque lejos de la media nacional, donde el crecimiento fue del 19 por ciento.

La tendencia es clara, aunque la resistencia a abandonar el papel también es fuerte. El informe de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España, en su edición también de 2002, fijó en un 29,5 por ciento el número de personas que leen libros en soporte digital. Un crecimiento que    iba avanzando poco a poco en los últimos años pero que supone la culminación con un salto significativo respecto a 2012, cuando el porcentaje era tan solo del 11,7.

Las bibliotecas de Menorca cuentan según los últimos datos facilitados con 42.223 inscritos (un 2,1 por ciento más que en 2021) y el volumen de nuevos usuarios (2.624) supone un crecimiento del 21 por ciento. El papel resiste pero el digital crece a mayor ritmo: en eBiblio se cuentan ya en la Isla con 772 personas dadas de alta (un 46 por ciento más que en 2021).

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Una bibliotecaria de Ciutadella navegando en el portal de préstamo electrónico eBiblio | Josep Bagur Gomila

Cabe recordar que en la citada biblioteca digital están a disposición del usuario no solo libros electrónicos, sino también periódicos, revistas y audiolibros, siendo este el formato que más crece a nivel nacional (un 38 por ciento). En Balears, se puede acceder a un total de 8.295 referencias, 7.064 de ellos libros electrónicos.

Así las cosas, queda claro, recuerdan desde la Xarxa, que el «formato preferido por más del 70 de la población es el papel». Es por ello que se siguen haciendo adquisiciones en ese formato, principalmente a través de librerías locales. Por otra parte recuerdan que «los audiovisuales se están quedando obsoletos». Y es por ello que para la colección de CD's solo se adquieren los títulos menorquines, mientras que algunas bibliotecas, como las de Maó, los han retirado de la circulación. También se siguen comprando DVD, «pero cada vez se realizan menos préstamos».

Un nuevo modelo

En este nuevo panorama, parece claro que los fondos documentales «ya no son eso que únicamente da sentido a una biblioteca», aseguran. La concepción más contemporánea de la misma como centro cultural hace que otros aspectos ganen protagonismo, como un mayor dinamismo en su oferta de actividades, la proximidad con la comunidad o su capacidad de innovación. En ese sentido, cabe destacar que las bibliotecas de la Isla realizaron en 2022 1.689 actividades en las que participaron 11.201 personas.