Un visitante recorre el poblado talayótico de Torre d'en Galmés, en Alaior, en una imagen de este verano. | Gemma Andreu

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El turismo cultural aumentará, como mínimo, más de un 50 por ciento con la declaración de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial. Es el porcentaje que, de media, registran los bienes o sitios recién incorporados a la lista que elabora la Unesco con el objetivo de distinguir su valor universal excepcional. Convertirse en patrimonio de toda la humanidad significa, entonces, captar la atención de miles de turistas que escapan del binomio sol-playa para descubrir, en cualquier época del año, lugares donde la cultura y el patrimonio histórico son destacables.

Prueba de que la declaración de bienes o sitios como Patrimonio Mundial lleva implícita la dinamización de la actividad turística, la desestacionalización y la llegada de turistas cultivados y de alto poder adquisitivo es el Sitio de los Dólmenes de Antequera, en la provincia de Málaga. La Unesco le otorgó el 15 de julio de 2016 este reconocimiento internacional y la ciudad enseguida notó el «efecto dólmenes» en el número de visitas y en los negocios de la ciudad.

«No se había visto nunca», concidieron los antequeranos, según las impresiones recogidas por varios medios. La semana que la Unesco incluyó el conjunto arqueológico de Antequera en su lista de patrimonio de toda la humanidad, más de 3.200 personas visitaron el lugar, cuando la misma semana del año anterior fueron alrededor de 700.

Desestacionalización

Momentos después de quedar aprobada la inscripción de la Menorca Talayótica en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, la presidenta del Ateneu de Maó, Margarita Orfila, que también es arqueóloga e impulsora de la candidatura, reconoció el impacto del logro alcanzado en Riad sobre la economía de la Isla y aseguró que el mismo «contribuirá a la desestacionalización». Lo mínimo que crece el turismo cultural es, indicó, un 50 por ciento, «pero lo habitual es que pase del 100 por ciento». Hay personas que solo viajan para visitar lugares declarados Patrimonio Mundial y que aprovechan el desplazamiento para descubrir el resto de posibilidades que ofrecen los destinos, aclaró.

Lo mismo apuntó el director de la Agencia Menorca Talayótica, Antoni Ferrer, que precisó que «si bien cada caso es diferente y no se puede generalizar, el Plan de Gestión de la Menorca Talayótica recoge diferentes previsiones de crecimiento y, dentro de unas previsiones razonables, los yacimientos aún tienen capacidad de carga para recibir más visitantes de los que reciben actualmente».

Una turista fotografia el poblado talayótico de Torre d’en Galmés, el más grande de Menorca

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Aunque eso sí, los viajeros que responden a este perfil reclaman una mejor gestión en los aforos de los espacios que visitan y una mayor información. De ahí que desde la Agencia Menorca Talayótica hayan reconocido que, tras la declaración de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial el pasado 18 de septiembre, «deberán ir haciéndose mejoras en las infraestructuras de recepción de los visitantes en los diferentes yacimientos».

Influyen en este aumento del turismo cultural las agencias de viajes y los turoperadores, que aprovechan el tirón de los nuevos lugares declarados patrimonio de toda la humanidad para promocionarlos y ofrecerlos como productos que suscitan un gran interés. De hecho, estas empresas han percibido incrementos de ventas y de interesados en el turismo cultural como consecuencia de esta estrategia.

No en vano, Turespaña compartió apenas 24 horas después de haberse aprobado la declaración de la Menorca Talayótica una publicación en X (antes Twitter) sobre el legado monumental de la cultura talayótica.

La experiencia de Mallorca y Eivissa

Hay que recordar que los 280 yacimientos arqueológicos prehistóricos que constituyen la Menorca Talayótica son ya el tercer bien o sitio reconocido internacionalmente por la Unesco dentro de la comunidad autónoma de Balears.

La Serra de Tramuntana en Mallorca fue declarada Patrimonio Mundial el 29 de junio de 2011 y se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más visitados que ofrece múltiples actividades y rutas adaptadas a todos los públicos y gustos. Antes, el 4 de diciembre de 1999, la biodiversidad y cultura de Eivissa también se incorporaron a este selecto ‘club’.

En este caso, el reconocimiento se convirtió en una herramienta para promocionar los atractivos de la isla pitiusa más allá del célebre tópico de sol, playa y fiesta. Especialmente en los últimos años, Eivissa ha notado un aumento del turismo cultural, rural y deportivo, que el gobierno insular contempla como una apuesta sólida de futuro.

El apunte

Un título que no es para siempre si no se cumplen las órdenes de la Unesco

La declaración de la Menorca Talayótica es un reconocimiento que podría perderse si no se cumplen, a lo largo de los años, las directrices de la Unesco, que establece varios mecanismos de seguimiento del estado de conservación de los bienes para justificar su permanencia en la lista. Entre ellos están los informes periódicos que se llevan a cabo cada seis años, también los monitoreos reactivos en caso de amenaza y los seguimientos reforzados en casos de máxima urgencia. No atender las órdenes de la Unesco o permitir el deterioro de los bienes o sitios implica perder este estatus.