El Cranc sigue forjando su historia con noches memorables. El sábado lo hizo en una jornada que empezó sobreponiéndose a las inclemencias meteorológicas, tras una lluvia torrencial que asustó al festival y a sus asistentes durante el mediodía. Aún así, el buen tiempo llegó finalmente, trayendo consigo los lógicos retrasos pero insuflando de nuevo ilusión en el muy numeroso público.
Tercera noche destacada del Cranc y nuevo cartel de agotadas localidades con un plantel de ensueño. Abrió la noche Ortiga, con su singular propuesta a caballo entre la música de raíces, los sabrosos sones latinos y envoltura urban tan al gusto de los tiempos que vivimos. El gallego sabe cómo montar una fiesta, aunque jugara con un horario quizás un tanto tempranero para una propuesta tan contagiosa como la suya.
Claro que si de conexión entre artista y público se refiere, Derby Motoreta's Burrito Kachimba demostraron que de eso, sin duda, andan sobrados. Toda una catarsis, el directo de los sevillanos sumió al público del Cranc en un trance que discurría entre guiños al pasado y neopsicodelia. Pasado, presente y futuro del rock en castellano en un show tan contundente como certero, que no dejó títere con cabeza con tanto headbanger. Los artífices de ese disco del año que es «Hilo negro» volvieron a ratificar sobre las tablas su excepcional estado de forma.
Y como no hay dos sin tres, Novedades Carminha pusieron el estupendo broche final a una noche tan memorable con un concierto todo oficio y actitud. Los gallegos son la respuesta actual a clásicos de nuestra escena como Radio Futura: música sin prejuicios ni etiquetas, 100 por cien diversión asegurada. Porque si no bailas al son de incendiapistas como «Te quiero igual» algo falla en tu interior. Como pasa, también, con este Cranc, que cerró su tercera jornada con el DJ Naughty Natx a los platos
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