Vino y queso para la espera. Por culpa del retraso en el vuelo de Iberia, Manuel Borja-Villel llegó al Ateneu una hora más tarde de lo previsto. Para distraer la espera, el Ateneu ofreció al público asistente una copa de vino y queso | Javier Coll

TW
6

La presidenta del Ateneu de Maó, Margarita Orfila, hizo una clara reivindicación del espíritu de tolerancia que debe ser la norma de la entidad ateneística.

En su discurso de la inauguración del nuevo curso 2018-2019, la presidenta citó en dos ocasiones a Enrique Alabern Sáez, uno de los mejores colaboradores y más entusiastas líderes del Ateneu. Como recordó Orfila, unas palabras de su discurso de presentación del Ateneu pronunciado en 1905 se han plasmado en el panel de entrada del edificio como principios rectores: «La expansión de las ideas, la libre crítica, la tolerancia, el libre examen, el no someterse a doctrina alguna, la manifestación de todas las escuelas, el palenque de las más opuestas tendencias».

Apoyándose en las palabras de Alabern, la presidenta, profesora y arqueóloga señaló que «bajo ese protocolo se actúa, acogiendo y escuchando a quienes nos pueden aportar conocimiento sobre temáticas diversas, ciencia, literatura, historia, arte, política, etcétera, con parlamentos que, por nuestra propia diversidad, en más de una ocasión, no es del agrado de todos los socios, nada extraño, dado que, a día de hoy se suman un total de 846 miembros».

Lea la noticia completa en la edición impresa del 20 de octubre en Kiosko y Más