Nueve actores para una comedia hilarante en la que las mujeres toman el mando | Jero Morales

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Después de batir récords en el Teatro Clásico de Mérida con un lleno absoluto con más de 30.000 espectadores, «La asamblea de las mujeres» llega este sábado (20 horas) al Teatre Principal de Maó, con un destacado elenco de actores capitaneado por Lolita, María Galiana y Pedro Mari Sánchez.

Bernardo Sánchez ha adaptado el clásico de Aristófanes y Juan Echanove se estrena con él como director, después de una dilatada carrera como actor, tanto en teatro como en televisión y cine.

El equipo artístico se completa con Luis Fernando Alves, Concha Delgado, Miriam Díaz-Aroca, Sergio Pazos, Bart Santana y Santiago Crespo, para dar vida a una divertida trama coral en la que Lolita (Praxágora) lidera la revolución de las mujeres de Atenas para instaurar un régimen de comunismo en el que todo se colectiviza y todo lo disfruta la colectividad. Una crítica de Aristófanes hacia la vida política de la Grecia de la época, traducida en clave de comedia e introduciendo a la mujer como actor activo en el control político de Atenas, partiendo de la idea de que ellas gobernarían mejor de lo que lo hicieron los hombres.


El equipo

Juan Echanove se estrenaba en el 61 Festival Internacional de Mérida, al igual que Lolita, quien encarna a Praxágora después de dar vida a Colometa en «La plaza del Diamante» de Rodoreda.

En esta revolución de mujeres disfrazadas de hombres para tomar el mando aparecen actrices destacadas, como María Galiana («Cuéntame cómo pasó» en televisión; «Libertarias», «La pasión turca», «Solas», «Yerma» o «Los muertos no se tocan, nene» en el cine; o «Fugadas» o «La casa de Bernarda Alba» en teatro), interpretando el papel de Althea, Miriam Díaz-Aroca en el de Clytia o Pedro Mari Sánchez en el de Blípero.

Entre todos los personajes se monta la gran fiesta que Echanove ha imaginado para presentar esta toma del poder ateniense por parte de las mujeres tras un sibilino golpe de Estado en el parlamento. Una historia que Aristófanes utilizó para criticar a los gobernantes atenienses, y que el director madrileño aprovecha para hacer lo propio con la situación política contemporánea, buscando, por ejemplo, la comparación con la actual Grecia. Todo en tono de «juerga al aire libre» y de chirigota de carnaval en la que no falta la música.