Todo transcurrió durante la celebración de una asamblea extraordinaria que un sector crítico de la entidad cultural llevaba reclamando desde hacía tiempo y que finalmente se convocó después de que reunieran 22 firmas y se consiguieran al menos el 10 por ciento de los respaldos necesarios que exigen los estatutos.
En su petición, un grupo de socios solicitó someter a votación la aprobación de la gestión de la junta que está al frente desde hace un año y medio y la reposición de algunos cargos. La actitud de esa parte crítica de la entidad ha sido interpretada por la presidenta «como una falta de confianza», lo que le ha llevado a «sentirse cuestionada». Todo ello ha generado una crisis interna, a la que no obstante Carreras quita hierro.
«Lo que ha sucedido no hace si no demostrar que la entidad está viva y sus socios implicados», apuntaba este miércoles la presidenta en una clara alusión a épocas anteriores, en la que a veces la asistencia a las juntas no superaba la decena de personas.
En la de este martes, en cambio, se rondó los 50 asistentes, y la candidatura de Carreras salió adelante con el 82 por ciento de los votos a favor. Hubo cuatro abstenciones y cinco votos en contra. Por contra no salieron adelante las cuatro candidaturas alternativas unipersonales por no ajustarse a lo que marcan los estatutos, que exigen que se presente al menos equipos de trabajo para cubrir los cinco cargos principales.
No obstante, Carreras reconoce que en los últimos tiempos su equipo se había quedado corto por algunas renuncias. Desde el martes, cuenta con una junta muy renovada, en la que Vicent Salvador pasa a asumir la vicepresidencia y se incorporan caras nuevas: Carme de las Heras (secretaria), Anna Pons Capella (tesorera) y Xavier Álvarez, Evelin Triay y Santiago Benejam (vocales). Del equipo anterior, también repite Adela Castro, antes secretaria y ahora vocal.
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