El precio de las piezas es muy variado, pudiendo oscilar entre los veinte y los doscientos euros. | Javier Coll

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La feria de antigüedades, arte y coleccionismo de Es Mercadal vuelve al centro de la isla después del parón de la edición del año pasado. Lo hace con la participación de siete de nueve comercios asociados del sector. El evento ha mutado desde sus inicios en los que recogía también piezas de galerías de arte de la isla, hasta convertirse en un expositor dedicado completamente a coleccionistas y amantes de la compra y venta de antigüedades.

Isaac Olives, anticuario, restaurador y organizador de la feria de este año, afirma que tiene «expectativas positivas para esta edición, viendo que el número de asistentes el día de la inauguración estaba entre las 250 y 300 personas». Para asegurar estas expectativas, la inauguración del evento incluyó el sorteo de un premio de 200 euros a gastar en la feria, siendo el ganador el número 41. Impresiones saludables que pueden servir para animar a los comerciantes de un sector que no se ha librado de la crisis económica.

Según Olives, la marcada insularidad - más allá de lo puramente geográfico - de Menorca ha dañado gravemente el sector: «Una isla sin comunicaciones es un islote». Incluso en comparación con la vecina Mallorca, los precios de las piezas han bajado drásticamente a consecuencia de la falta de clientes. Tal es la diferencia de precios entre el mercado de antigüedades menorquín y el peninsular que «algunos clientes han llegado a acusarnos de vender piezas falsas», ríe.