Todas las actuaciones destacaron por su genial ejecución, con numerosos detalles de calidad | Javier Coll

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El público del Teatre Principal recompensó con una gran ovación el espectáculo ofrecido por los nueve bailarines que en la noche del viernes deleitaron con sus movimientos sobre el escenario mahonés. La Menorca Summer Ballet Gala fue una gran puesta en escena en la que pudieron presenciarse las ejecuciones magníficas de bailarines de algunas de las mejores compañías a nivel internacional.

El espectáculo lo conformaron un total de once números, interpretados en forma de solo o en pas de deux, por Elisa Badenes y Pablo von Sternenfels del Stuttgart Ballet, Rubén Martín, Ellen Rose y Diego Cruz del San Francisco Ballet, Joaquín de Cruz del New York City Ballet, Aline Schürger y Yadil Suárez del Augsburg Ballet, y Sergio Bernal, del Ballet Nacional de España. Así, finalmente fueron nueve y no diez los bailarines que actuaron en Maó, por la lesión a última hora de la bailarina Myriam Manso, aunque también estuvo en la sala y salió a saludar al final de la función, con el resto de compañeros, ayudada por unas muletas.

Entre los ejercicios señalados en el programa había dos estrenos mundiales. Fue el caso de «Notturno», que Diego Cruz interpretó con una coreografía de Viktor Kabaniaev y una partitura de Schubert; y «Fuse», de Yuri Zhukov, que la pareja formada por Ellen Rose y Rubén Martín bailaron con las notas compuestas por Johann Johannson, en la que fue la actuación quizá más modernista o futurista de la noche, en una fusión entre la música clásica y la electrónica que el público recibió con aplausos.