Fragmentos
Sobre la repisa del cuarto de baño se dejó una barra de labios y se fue a su casa. Otro día, entre las sábanas encontré arrebujada parte de su ropa interior. A primeros de mayo olvidó, no sé si intencionadamente, el dedo índice de su mano izquierda, aquel con el que había deambulado desmañadamente entre mis cabellos. La semana pasada, mutilada, abandonó dentro de un vaso de güisqui sus dos ojos, verde intenso, con los que me miraba. Ayer, sin ir más lejos –ciega y amputada como estaba-, apareció sobre las siete y al marchar, encima del sofá, encontré sus muslos aún tibios y con olor a frenesí y ruido de jadeo. Creo que esta tarde, cuando venga arrastrándose a visitarme, le diré que me deje su corazón en un frasco de vidrio con cubitos de hielo o tal vez, desesperado, le pida que se quede conmigo antes de que nuestro amor se rompa en pedazos.
También en Menorca
- Antonio de Olives, veterinario: «Son nobles, pero el día que atacan no sueltan»
- Una cadena de ropa deportiva abre tienda en el polígono de Maó
- El ataque del pitbull reaviva el debate: en Menorca hay 448 perros de potencial peligroso
- El cirujano Jeremy London te da la clave de qué hacer si te da un ataque al corazón cuando estás solo: «Siéntate de esta forma»
- Que una persona aprovechara el cerramiento del pipican del Canal Salat...
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.