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Los títulos dan gloria, pero el peso específico de un club, su existencia en la élite y su día a día, solamente se gana con la constancia de estar un año, y otro año, y otro año, en la cita importante. Luego puedes ganar o puedes perder. Pero estás ahí. Es lo mínimo. Ése es el punto al que ha llegado el Valeriano Allés Menorca Voley: si se cuentan únicamente finales de Superliga, ya llevan tres. La del año pasado fue el primer éxito histórico. La de este, volvería a serlo por repetición... y por todas las vicisitudes que se están viviendo tanto en la pista como a nivel de economía.

Pero ahora no toca pensar en eso. Toca centrarse. Toca luchar. Toca ganar. El 2-0 conseguido en Ciutadella da margen. El Haro no lo tiene. Las riojanas también están viviendo un año histórico, increíble: campeonas de Copa, finalistas de Superliga. Todo por primera vez. Todo desde la constancia y también superando adversidades. Por ello hay que felicitarlas. Pero si quieren algo más, lo tienen crudo desde hoy mismo. Todos sus partidos serán cuesta arriba. Y, sinceramente, darle la vuelta a un 2-0 en contra para forzar un quinto y definitivo partido... Perdonen, pero ni hablar, aunque ese quinto tocara en Ciutadella.

Las de Chema Rodríguez no permitirán que se llegue. Ni mucho menos. Ése es el ánimo. Si se puede arreglar hoy, mejor que mañana y mejor que la semana que viene. La dinámica durante esta semana ha sido la de siempre a nivel de preparación. Sin contratiempos. Las jugadoras tienen la carga física y psicológica de toda una temporada, pero han estado luchando para llegar a este punto. Nadie se va a borrar y los ánimos están bien. Si acaso, por no obviar lo molesto que le debe resultar, la alergia primaveral que está sufriendo la central Ana Correa: cuando no juega, su diversión es el pañuelo.

Otro aspecto molesto que deberán conllevar es el viaje realizado ayer. No tanto por el vuelo Menorca-Barcelona, sino por el trayecto vía carretera -en varias furgonetas monovolumen- entre la Ciudad Condal y la riojana Haro, un viaje en el que invirtieron sus buenas seis horas con su consiguiente desgaste extra... Aunque el Haro pudo haber apelado a lo mismo en los partidos en Ciutadella.

Otro aspecto, aunque este quizá secundario porque no es la primera vez que el Valeriano juega en 'El Ferial', es la instalación: su techo es más bajo de lo habitual, con lo que tanto el saque como la recepción deben ser algo diferentes, por no hablar, por supuesto, de la olla a presión que van a 'cocinar' las 800 personas que acudirán al partido.

Pero la pregunta más adecuada se centra en qué capacidad de sorpresa tienen dos equipos que se conocen todos los detalles. Obviamente, el Valeriano seguirá jugando igual, pero el Haro de Manuel Berdegué, mucho más necesitado, quizá haga alguna variación: pudiera darse el caso de que cambiaran la posición de Pepo o Noelia, o las centrales, pero ambas plantillas son muy reducidas y tampoco hay tanto margen.
Haro trae muy buenos recuerdos al Valeriano Allés Menorca. Los ascensos a FEV y a Superliga. Ahora hay una nueva oportunidad de seguir haciendo historia. La segunda Superliga. Chicas, no volváis sin ella.