Sobre la pista del Ken Rosewall Arena, dentro del Sydney Olympic Park, Djokovic se convirtió en el gran protagonista. Después de que el castellonense Roberto Bautista hubiera batido por 7-5 y 6-1 a Dusan Lajovic, el balear Rafael Nadal no pudo rematar la faena y sucumbió por 6-2 y 7-6(4) contra un Djokovic por momentos sublime.
Así, Nadal se vio superado tras un duelo de calidad y que se prolongó 1 hora y 56 minutos. La balanza a esas alturas se había equilibrado, por lo que el encuentro de dobles serviría como colofón. En rueda de prensa, el tenista manacorense confirmó su cansancio y provocó que el dúo para la lucha definitiva fuese el compuesto por López y Carreño.
Ambos habían doblegado el pasado sábado a los australianos Chris Guccione y John Peers durante las semifinales, pero esta vez la 'película' fue muy diferente. Djokovic persistió en su juego vertiginoso y para colmo arrastró a su compañero Troicki hacia su buena dinámica.
Resultó un espejismo el 0-2 con el que se pusieron López y Carreño, ya que cedieron su saque en el sexto juego y también en el octavo, incapaces de hacer siquiera un punto en el noveno (6-3). Y para redondear la formidable actuación de 'Nole', él y Troicki empezaron el segundo set con una rotura que les puso el partido de cara.
Una única bola de 'break' tuvieron que salvar los serbios, en el octavo juego de una manga que se agotó con otro juego en blanco (6-4). Tal marcador supuso que Serbia estrenase el palmarés de esta nueva competición, contraparte de la remozada Copa Davis.
Al mismo tiempo, Djokovic y sus compatriotas retomaron el camino victorioso de su país, ya que el combinado serbio había conquistado en 2012 la última edición de la Copa del Mundo por Equipos, considerado como el precedente directo de esta ATP Cup por tierras australianas.
La derrota de Lajovic había dejado la supervivencia de Serbia en manos de Djokovic, que tiene un idilio glorioso con las pistas 'aussies'. Sus grandes temporadas suelen comenzar muy temprano cada año, optando siempre a la corona de Melbourne para asustar desde el primer 'Grand Slam'.
Así que apenas sorprendió que, para empezar su andadura en esta nueva y novedosa final, 'Nole' rompiese el primer turno de saque contrario. Casi 10 minutos de juego tardó el de Manacor en ceder el 1-0, lance que consolidó el balcánico de forma inmediata para tomar la delantera (3-1) y seguir inquietando al resto.
Nadal salvó dos bolas de 'break' en el quinto juego, pero no evitó que el séptimo cayera del bando rival (5-2). En blanco, Djokovic cerró la primera manga a su favor e involuntariamente dio un toque de atención al balear, que debía subir peldaños de intensidad en busca de la remontada.
Acostumbrado a muchísimas batallas de tanto calibre, Nadal así lo interpretó para solventar sin agobios cada turno propio de servicio. Enfrente, el jugador de Belgrado hacía lo mismo hasta llegar al sexto juego, cuando levantó cinco pelotas de quiebre a un contrincante ya envalentonado.
Poco después, las tornas cambiaron y fue Nadal quien impidió la rotura de Djokovic con 5-5 y 15-40. Se vio talento a raudales, por parte de ambos, y las gradas agradecieron que el set necesitase una muerte súbita. Flojeó entonces el balcánico, aunque recobró la cadencia en el golpe y arrasó especialmente con sus reveses, rubricando el 7-4 en dicho 'tie-break'.
Pero antes del intenso combate entre los dos mejores tenistas del circuito de la ATP, Roberto Bautista había dado a España su primera sonrisa a la hora del desayuno. En estado de gracia, el castellonense demostró que su condición actual de número 10 no es ningún farol.
Lajovic, con el apoyo de la grada, mostró su mejor versión en el set inaugural. Fue capaz de sobreponerse a un mal arranque, donde los golpes de derecha que hacía su rival eran demoledores. Bautista se colocó 2-0 y 40-0 arriba, cuando entonces su oponente despertó al salvar una bola peligrosísima desde el fondo de pista.
Pese a ceder finalmente ese juego (3-0), el balcánico ya había entrado en faena. Y lo demostró adjudicándose en blanco su posterior servicio, anotándose con dificultad su siguiente turno de saque y rompiendo entre medias el saque de Bautista (3-3).
Habiendo salvado dos oportunidades de 'break', Lajovic no quería que se le escapara tan rápido el primer encuentro de la gran final. Incluso salió ileso de un 4-3 abajo y 30-40 con su turno de servicio, lo cual mantenía la igualdad y abocaba el set a la muerte súbita.
Sin embargo, el castellonense apretó el acelerador en el duodécimo juego y aprovechó su primera opción de romper cuando iba 15-40, para certificar el 7-5 y empezar con confianza la segunda manga. Y hasta ahí llegó el combustible del serbio, quien se vio arrollado de inmediato.
Bautista se apuntó en blanco sus dos primeros turnos al saque, quebrando otros dos de su adversario y logrando con ello una amplia ventaja de 4-0. A la desesperada, Lajovic conectó un par de 'drives' certeros y consumó un 'break' que alargó un intercambio de bolas con evidente color español.
El de Castellón de la Plana prosiguió con su versatilidad y volvió a romper (5-1), consolidando tal situación para poner el 6-1 definitivo y encarrilar lo que habría sido un nuevo éxito del tenis nacional. Los tropiezos de Nadal y del dobles desvanecieron el posible doblete, tras la Copa Davis que sí gano España a finales del pasado noviembre.
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